No era la primera vez que esto ocurría.
Draco ni siquiera necesita estar completamente despierto para empezar a hacerle el amor.
Pero ésta era la primera vez que ella no estaba totalmente segura de ser la mujer a quien él le hacía el amor en la cabeza.
Pero no era capaz de fingir que le importaba... no con los labios masculinos devorando los suyos y el cuerpo grande y familiar calentando cada centímetro de su piel.
Se sumergió en el beso con todo el entusiasmo de una mujer hambrienta frente a un festín.
Sus manos vagaron por la espalda desnuda y el torso masculino, tocando la piel, que era toda fuerza de satén y calor.
¡Oh, Dios! Necesitaba esto.
Reafirmar que, en algún nivel, al menos, todavía estaban conectados.
Él la despojó del camisón y cerró una mano firme sobre su seno.
El pezón se endureció inmediatamente contra la palma masculina, palpitando por la necesidad de atención.
Ella arqueó la espalda y él captó la indirecta silenciosa, rompiendo el beso para comenzar a saborear un camino que iba desde el cuello hasta sus pechos.
Lamió la suave piel con su lengua, jugueteando hasta que ella gimió de deseo.
Tomó el duro pezón en su boca, presionándolo entre el paladar y la lengua, y chupando duro al mismo tiempo.
Se sentía tan bien, tan correcto...
Se le llenaron los ojos de lágrimas, y clavó los dedos en el rubio cabello sedoso.
-Draco... mi amor -
Él soltó el pezón y luego lo sopló, produciendo una picadura de dolor placentero.
-Nena, tu sabor es tan bueno -dijo él contra su pecho.
Luego, por lo bajo, dijo algo que no lo alcanzó a entender.
¿Pero, Nena?
Él nunca la había llamado así, ni una sola vez de todas las veces que habían hecho el amor.
Pero los pensamientos molestos se rompieron en mil astillas cuando la mano de su marido se adentró entre sus muslos.
Los dedos largos y talentosos le dieron placer a su carne más íntima, muy seguros de lo que hacían.
Puede que no la recordara, pero su cuerpo no había olvidado cómo le gustaba que la tocaran.
Hermione se retorció, estirando una mano hacia abajo hasta tocar su dureza.
Era grande, pero sabía que encajaba, que se sentía perfecto en su interior.
Lo envolvió con los dedos, aunque sus puntas no llegaban a tocarse.
Él gimió.
-Así, nena, tócame así -
Hermione apretó los dientes, pero al final no pudo contener la pregunta.
-¿Cuál es mi nombre? -
Él levantó la cabeza, pero en la oscuridad no pudo leer su expresión.
-¿Qué? -
-¿Quién soy? -
-Mi amante -
Su boca se cerró sobre la de ella en un beso que todo lo consumía, pero una pequeña parte de Hermione se negaba a perderse en él.
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El bebé navideño de Malfoy
FanfictionEl regalo más especial de todos... Después de un choque frontal contra otro vehículo, Hermione Malfoy estaba feliz de que el bebé que estaba gestando sobreviviera. Pero Draco, su marido, había sufrido una pérdida selectiva de memoria. Su corazón...