♥19♥

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Hermione se centró en el placer que le producía la boca de su marido, que reclamaba la suya.

Él rompió el beso con un masculino gemido del placer.

-Tu sabor es tan bueno, mi amor -

Él le lamió los labios, jugueteando a lo largo de la comisura con la punta de su ingeniosa lengua, aplicando una presión suave para que la abriera.

Hermione lo hizo, alentándolo a entrar con pequeñas incursiones de avances y retrocesos.

Él aceptó la invitación, deslizando la lengua a lo largo de la suya, poseyendo el interior de su boca con una tierna maestría.

Ella deslizó las manos por los hombros de su marido, el pecho y la cara, y todas partes que podía tocar, estampando el calor de su cuerpo sobre sus propios sentidos.

Se sentía y olía tan bien... tan masculino... tan a su marido... a su compañero.

Anhelando sentir la piel desnuda, comenzó a desabotonar su camisa y metió la mano adentro.

Ambos gimieron cuando entró en contacto con el pecho velloso.

Era tan fuerte...

Sus músculos eran tan duros que bajo su mano se sentían como acero recubierto de terciopelo.

Encontró el pezón y lo rodeó con su dedo índice una y otra vez hasta que se puso duro.

Presionó la pequeña protuberancia entre el pulgar y el índice, y ese lugar especial entre sus piernas se puso más húmedo y palpitante cuando él gimió contra su boca y apretó el agarre sobre ella casi dolorosamente.

Necesitaba sentir toda la extensión de su pecho desnudo.

Atacó su chaqueta, sacándole un brazo a la vez.

Era difícil hacerlo sin romper el beso, pero entre contorsiones lo consiguió.

La corbata se fue con relativa facilidad, pero la camisa aún estaba dentro de los pantalones.

La sacó y terminó de desabrochar los pocos botones que quedaban prendidos.

Finalmente pudo empujar la prenda fuera de sus hombros anchos.

Cuando lo tuvo desnudo de la cintura para arriba, volvió a explorar su torso, y esta vez sus dedos inquisitivos hicieron que su cuerpo grande se estremeciera mientras gemía de placer.

Quería piel desnuda contra piel desnuda, pero no podía dejar de tocarlo y sacarse sus propias ropas.

Fue claro que él tenía la misma idea porque empezó a tirar de su vestido con una mano mientras que con el otro brazo la sostenía contra él.

Logró sacarle el vestido por la cabeza rompiendo el beso solamente una vez y dejándola sin nada excepto sus medias a medio muslo y las bragas.

No se había puesto sostén, y estaba agradecida por eso ahora mientras apretaba sus pechos turgentes contra el torso duro de su marido.

Él separó sus bocas y siseó como si el contacto lo quemara.

Cielos, probablemente lo hacía... ella misma se sentía así.

Sus pezones punzaban allí donde entraban en contacto con los rizos rubios.

Se frotó contra él, aumentando el roce y el placer.

-Eres tan sexy, Hermione -

Ella estaba demasiado ocupada besando todo lo largo de su mandíbula en un camino descendente.

El bebé navideño de MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora