♥20♥

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Draco entró en su oficina el lunes por la mañana con un inquebrantable propósito en la mente.

El día anterior había escuchado a Hermione hablar sobre el comportamiento de Astoria desde el principio del matrimonio y no tenía dudas de que debía despedir a esa mujer.

Había hecho que Hermione se sintiera miserable con sus insinuaciones sutiles y sus manipulaciones... y él lo había permitido.

Esa era la cruz que debía soportar, pero no dejaría que el veneno de Astoria infectara su vida o atormentara a su esposa ni un día más.

Después de lo que le había revelado Hermione, el enfrentamiento fue todo lo que había esperado.

Astoria trató por todos los medios, con mentiras y manipulaciones adicionales, mantener su trabajo y el lugar en su vida, pero él se negó a conmoverse.

-Estás despedida, Astoria.

Alguien de seguridad está esperando en tu escritorio para darte tu cheque de indemnización y acompañarte hasta afuera.

Ya no hay lugar para ti en ninguna de las ramas de Malfoy Industries -

-No puedes hablar en serio.

¡No me puedes despedir! -

-Estás equivocada -

-¡Pero tú me necesitas a mí, no a esa puta estadounidense!

Ella no sabe nada de tus negocios...

¡Yo pertenezco a tu lado, no ella! -

-Jamás vuelvas a llamar a mi esposa de esa manera...

Puedo arruinarte, Astoria.

Completamente.

No vuelvas a hacer algo que me haga pensar que tengo que hacerlo -

Astoria palideció y luego lo miró airada, con las manos empuñadas como garras a sus costados.

-Me habrías amado si ella no se hubiera metido en el medio -

-Nunca tuviste la menor posibilidad -

-Me hiciste el amor -

-Tuvimos relaciones sexuales.

Mutuamente consentidas y sin compromiso -

Un asunto breve, nada más.

Y en estos momentos se daba cuenta de por qué.

La mujer no tenía corazón, y ahora conocía la diferencia entre el frío sexo calculado y hacer el amor.

Hermione hizo el amor con él y, Dios mediante, nunca volvería a estar sin ese regalo.

-¿Cómo te atreves?

No fue así.

Ambos disfrutamos -La ira había retorcido sus facciones femeninas en una máscara fea -

Yo soy importante para ti.

Me necesitas.

-No, no es así -

Las lágrimas comenzaron a derramarse, pero por primera vez la visión de la angustia de una mujer no lo conmovió ni un ápice.

Ella se detuvo en la puerta y se volvió hacia él.

-En Nueva York, ella estaba lista para abandonarte.

Quería el divorcio.

¿Te contó eso tu esposa tan santita? -

El bebé navideño de MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora