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— ¿Quieres qué vea las heridas de tú espalda?
— No y aléjate de mí, que te acerques de la nada significa que vienes a dar órdenes donde tenga que dejar de dormir como estos últimos días.
— Vengo por el informe del entrenamiento de la tarde parece que saliste herida.
La rubia suspiró con desgano, claro que le dolía su espalda, le pediría ayuda a Moblit para que la curara después ya que Hanji era menos cuidadosa aparte de que no quería escuchar reproches sobre la decisión que había tomado.
— Ven a caminar conmigo —invito a Erwin abriendo una de sus manos para dejarle pasar— hablaremos de esto mientras que los otros tres chicos husmean en la biblioteca en busca de algo.
Smith asintió abriendo la puerta, dejando pasar primero a la mujer y la siguió por detrás. Todos al verlos pasar hacían una pequeña reverencia y los saludaban con el corazón, ambos respondían igual solamente ____ agregaba una sonrisa y a veces una palmada en los hombros de los cabos. —¿Quieres ir al bosque a caminar? —preguntó el rubio al notar la dirección en la que caminaban.
— Levi es extraordinario, en tu tropa estaría bastante bien, corto más nucas que nadie, fuerza, agilidad, destreza, flexibilidad impecable. ¿Es lo que observaste ahí abajo? —Erwin asintió tranquilamente, la puesta de sol provocaba un ambiente más hogareño y tranquilo— Farlan estaría bien en las tropas de Ness, carece de flexibilidad y agilidad pero la fuerza y decisión son cualidades que destacan en él. Magnolia por su parte estaría bien en las tropas de en medio, carece de fuerza y velocidad pero su agilidad y flexibilidad son impecables.
— Una evaluación importante y precisa, gracias ____.
Evergarden se detuvo en el árbol en el que cayó de espaldas gracias a Levi.
— En la copa de este árbol está una tela que Levi siempre tiene en su cuello, gracias a ella me golpeé y vengo a recuperarla, ahí está tu informe.
— ¿Sabes qué vienen a matarme, no es así?
— Sí lo hace, se lo agradeceré —le guiño el ojo provocando que Smith riera al mismo tiempo que ____ accionó su equipo y subió aquella copa tan alta, donde la tela blanca estaba reposando— Aquí estás.
La observo con detalle, una tela común y corriente, quizá un poco vieja y desgastada por el tiempo pero estaba perfectamente lavada y recortada, cuidada como un tesoro. El atardecer golpeaba débilmente aquel objeto y su corazón dio un pequeño salto, eso no era en sí un pañuelo, ¿Qué era?, guardó la tela en su bolsillo y decidió bajar rápidamente antes de un discurso innecesario de Erwin.
— Shadis planea dejarme a cargo de la legión —demasiado tarde para huir de esta plática.
