¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Levi desvió su mirada avergonzado por tal petición hecha, ¿Qué pensaría ella?
— ¿Curar mis heridas? —llevó su mano a su mentón con curiosidad, él trató de ocultar el leve sonrojo que estaba naciendo con su corto cabello, "estúpido" se regaño por pedirle tal propuesta y cuando estaba apunto de retirarla: — Esta bien, enano. —se sorprendió.
Y vio como ____ comenzó a quitar su camisa, botón a botón con lentitud dejando ver aquella piel pálida reluciente gracias a luz de aquellas velas, llegando a la curvatura de sus senos, la pupila del azabache se dilató un poco sin que este pudiera evitarlo. Jamás había visto una mujer con ropas menores, no supo porque sus manos comenzaron a sudar y se sintió tan inexperto enfrente de ella. Cuando ambos conectaron nuevamente miradas; Levi se apartó dejándole el asiento por un intento de que no se percatara de su sonrojo y manos temblorosas, ella sin decir nada se sentó sin más.
Notó su espalda lastimada, admiraba que caminara como si nada. Moretones, rasguños y heridas abiertas de gran tamaño.
— Gracias por detener mi caída.
— De nada.
Tan directa como siempre, sonrió.
— Tú espalda es un desastre, a la próxima déjame caer.
— ¿Uh? ¿Quién es el líder aquí?
La mirada del más pequeño se posó en el cabello terciopelo, las hojas y la tierra quitaron ese brillo, sus manos se movieron hacia allá. — ¿Qué haces? —preguntó Evergarden. Levi siguió deshaciendo aquellos moños notando que su cabello era en realidad bastante largo, le gustaba.
— Tienes tierra y hojas enredadas en él —deshizo las trenzas y nuevamente sintió la suavidad que a simple vista se notaba de su cabello— Como terciopelo.
— ¿Terciopelo? —murmuró para sí misma— Nadie había dicho eso de mi cabello alguna vez —esta vez hablo fuerte logrando que Levi le prestara atención, suaves dedos peinando su cabello, tan concentrado en su trabajo. Recordó cuando Kuchel le cortaba su caballo y su pequeña infancia de cuatro paredes— ¿Cómo falleció tu madre?
No le sorprendió tal pregunta, le sorprendió el interés por saber cómo si ella realmente quisiera escucharle. — Solamente no despertó. Era solo un niño cuando pasó todo, no entendí mucho de lo qué sucedió en su momento.
Sí, Levi solo era un niño tratando de entender el mundo pero cosa que nunca logró hasta la fecha, desde ese día creció muy rápido y no tuvo tiempo para pensar en lo bueno, en lo malo, en lo correcto e incorrecto o de llorar la pérdida de su madre.. quizá necesitaba tiempo para pensar en quien era en realidad.
— ¿Sigues triste por su partida?
— Cada día.
No se dio cuenta en que momento se encontraba acariciando aquel cabello, dándole suaves masajes.
— Me gustaría abrir una pequeña tienda de té, en eso pienso cuando no sé a qué parte ir o en donde estoy, es bueno comenzar por ello —se giró un poco para poder verle— Aún tienes a tú madre, ahí.
Levi sonrió mostrando sus dientes al ver la tela que ya se encontraba con él, asintió sin decir nada más.
— Yo también perdí a alguien —llevo su mano a aquel dije color verde que reposaba en sus manos y observó aquel color tan cálido— Y tampoco puedo entender del todo porque se fue cuando más lo necesité pero por algo seguimos aquí.
Trato de preguntar más del tema pero un golpe repetitivo en la puerta hizo que ambos se giraran al mismo tiempo.
— Capitana, el comandante Shadis necesita su presencia con urgencia —la voz de Moblit resonó en la habitación, la rubia se levantó colocando con prisa su blusa, seguida de la chaqueta.
— Gracias Levi —Agradeció con su puño en el corazón dirigido únicamente hacia él cosa que sorprendió al azabache y la vio abrir aquella gran puerta para así marcharse de su vista junto con el hombre de cabellos castaños. Negó con la cabeza quitando cualquier pensamiento que pudiera llegar con respecto a tenerle respeto.
Decidió mejor investigar más a fondo la biblioteca y próximamente el despacho de Erwin, perder tiempo no estaba bien en estos casos y menos por pensamientos que no entendía.
