FINAL

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𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍, 𝑶𝒕𝒐ñ𝒐

Llegó el primer atardecer sin Evergarden

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Llegó el primer atardecer sin Evergarden.

Y Levi solo pensaba que ella tenía bastante razón, cuando uno está triste sabe apreciar mejor las puestas de sol. Su traje blanco de aquel día fue abandonado en su ropero y reemplazado por uno negro, el color que siempre tuvo en su vida pero ahora dolía más. El funeral se había dado por terminado y él aún así, estaba de pie frente aquella lápida.

— No sé que haré en tu ausencia —hablo de manera alta con la esperanza de ser escuchado, sus labios temblaron avisando de un llanto— no sé qué hacer, duele demasiado. Duele tanto que no encuentro sentido el estar aquí, no podré ____.

Sí llegarán a preguntarle como se siente lo definiría en la palabra soledad, se sentía solo, un hueco se extendía por el pecho. Se estaba preguntando qué haría en esas horas de soledad y llanto en la madrugada, ¿Quien lo escucharía y quién lo consolaría? ¿Qué habría después de esto? ¿Cómo será mañana, en el segundo amanecer sin ella?

— ¿Piensas estar toda la tarde ahí? —el ahora comandante de la legión llegó a su lado. Levi sonrió meramente divagando.

— Realmente no sé a donde ir ahora.

Observó su tumba llena de flores, todas blancas, se encontraba a lado de Magnolia y Church.



_____ Evergarden.
"Un ángel cuidando de nosotros"




— Nunca se sabe eso Levi —ambos no se miraban, observaban aquella lápida— pero su partida a marcado un antes y un después en todos nosotros, mucha gente te necesita ahora, Hanji debe mejorar como capitana... y yo, bueno, debo cuidar más de mis soldados. 

— Mi escuadrón se formará de aquellos que ayudaron a _____ en sus últimos momentos, estaré eternamente agradecido con ellos, me dieron algo que jamás tuve. Deberías dejar en paz a la cuarto ojos, será una excelente líder porque tuvo a una gran maestra en su vida y en cuanto a ti, suerte.

Ambos rieron.

— Serás un gran líder porque tuviste a alguien que te disciplinó de la manera correcta, vine a dejarte algo importante.

Finalmente Levi desvió la mirada de aquella tumba y miró a Erwin, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver la capa de Evergarden y el dije del mayor, ademas que sostenía una rosa de color rojo junto a un libro.

Dudo en tomarlas.

— Son cosas que ahora te pertenecen, Ness encontró el caballo de ____, ahora también es tuyo.

Apretó sus puños, desvió la mirada. —Si tomó esas cosas aceptaré el hecho de que ya no está, no puedo aceptarlo tan fácilmente.

Estos objetos formarán parte de ti como Evergarden estuvo contigo, y ella te acompañará siempre, eras su único familiar y debe ser recordada con honor, su sacrificio hizo que volviéramos a casa.

Las mismas palabras que ella había dicho hace tiempo, prácticamente la rubia le enseñó que todo aquello importaba.  Aceptó con manos temblorosas, empezó por la capa. La colocó junto con su traje negro, olía a ella y consoló un poco su alma. Tomó aquel dije entre sus manos. —No creo que deba usar esto, solamente aquellos reconocidos por el rey de las murallas los portan.

— Fuiste reconocido por una persona más importante que el rey, haremos una excepción contigo.

Lo colocó sobre el pañuelo de su madre.

— ¿Eso es?

— Lo encontramos en su despacho, decía "Para Levi". Tenía esta Flor a lado del libro, supongo que era un presente ya que aprendiste a leer gracias a ella.


"El lenguaje de las Flores"



Sus ojos grises se abrieron con sorpresa, recordó aquella vez que el verano se volvió otoño y ella le ofreció una rosa amarilla como recuerdo de su primer otoño, significa gracias. Recordó su risa que sonaba a melodía, el paisaje que los rodeaba en aquella estación, el como su cabello rubio se volvía dorado y sus ojos azules prometían esperanza, él como su piel lucia porcelana y él como nació su sentimiento hacia ella.

El tiempo pasó y las hojas naranjas se volvieron blancas, esa vez le ofreció un geranio congelado como presente, gritaba un me gustas. Recordó la melodía que sonaba por los músicos, el como su cabello danzaba, su porte elegante y femenino, su primer rubor con otro sentimiento que no fuera vergüenza, el cómo sus manos encajaban perfectamente y la sensación de sus labios juntándose provocando calidez, su primer beso en toda su vida.

Y cuando el invierno terminó, pasó más tiempo y nuevamente sería otoño, la misma estación donde ambos sabían que había más allá de amistad y relación de soldados, le dejó una rosa roja diciendo un último te amo. La misma estación que compartieron, era la misma en la que se despedían.

Y nuevamente, lloró.

No pudo retener las lágrimas, sus rodillas estamparon contra el suelo y cubrió su rostro entre sus manos.

Hoy era el primer atardecer sin ella, su primera taza de té, su primera pesadilla sin ser consolada y su primer llanto desconsolador pero también habría más días felices, más amaneceres y atardeceres donde no habría dolor, habría gente nueva a la cual conocer pero mientras que él siguiera avanzando... sabía que siempre la llevaría consigo.


Al fin y al cabo...

Alguien lo nombró Rivaille.



























n/a: falta un capítulo más.

リヴァイユ |  𝑅𝒾𝓋𝒶𝒾𝓁𝓁𝑒, 𝐿𝑒𝓋𝒾 𝒜𝒸𝓀𝑒𝓇𝓂𝒶𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora