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Cerró sus ojos un momento para encontrar un poco de paz, escucho como el tronco crujía por la fuerza ejercida por el titán de rostro grotesco y seguramente hambriento, sintió como la sangre aún bajaba ensuciando su perfecto alineado uniforme, se escuchaban disparos de fondo y gritos desesperados. Gritaban su nombre.
— ¡____!
Sus ojos azules se abrieron de golpe, se asustó inmediatamente al ver ese rostro tan familiar frente a ella, unos ojos almendrados color verde le miraban con diversión: — ¡Gilbert! — fue lo que vio su campo de visión, atrás de él se encontraba un azul prometedor. Se sentía tan hogareño ese ambiente, hace tiempo que no lo veía e incluso su voz era como un canto, se enderezó sin ningún problema y le empujó gentilmente del hombro, ambos rieron — Me asustaste.
— Lo sé —soltó una carcajada tomándose del estómago— es divertido asustarte.
— ¿Así es "el cielo"? — desvió el tema con tristeza, hizo entre comillas ellas viendo el gran campo de trigo que les rodeaba y el tenue amanecer que se ponía lentamente.
— De hecho... no. Estás delirando y tú mente está tratando de salvarte, soy tu subconsciente tratando de decir que tienes que reaccionar.
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— Oh. Eso tiene mucho más sentido que la teoría de un paraíso —suspiro con alivio girándole a ver, notando que se había arrodillado— ¿Sabes? A sido muy cansada esta vida, fue muy difícil después de tu partida.
— ¿Valió la pena? —le pregunto sonriendo de lado sin mostrar sus dientes.
— Al principio me sentía tan desolada pero ahora veo que valió cada emoción vivida —le sonrió— me volví a enamorar, sentí amor, paz, dolor, alegría... todo —extendió sus brazos como si de una bienvenida se tratase— fue genial.
