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Levanto a su pequeña que tenía que ir a su primer día de jardín de niños y a su amiga que tenia que trabajar, también iría con ella ya que había aceptado lo de ser modelo.

Lo más difícil fue levantar a Momo que no tuvo otra opción que agarra un poco de agua para no mojar mucho la cama y lo vertió en el rostro de esta.

- Rápido se moja la ropa...— se levantó su amiga sentándose en su cama y mirando asustada a su alrededor.

- No esta lloviendo y no hay ni una ropa tendida boba.

- ¿Por qué hiciste eso?

- Porque no te levantabas rápido y tenemos que ir a trabajar hoy.

- Podías levantarme con un beso.

- No, vamos Sana ya esta desayunando.

- Voy en unos minutos.

Después bajo Momo ya lista para desayunar, miro la hora aún faltaba 15 minutos para que Chaeyoung viniera por su hija.

Su amiga no sabia que había ido a verla la noche anterior, solo que iba a comprar un helado y cuando llegó ya se encontraba dormida en el sofá, si le decia hubiera querido acompañarla y no quería eso, quería hablar sola con chaeyoung frente a frente, sin tener que saber que había alguien que la estaba apoyando, que podía hacer sola las cosas y demostrar que estaba bien.

El timbre sonó y se levantó a abrir, chaeyoung estaba con su mismo estilo que hace años atrás, camisa blanca con puntitos negros una talla más, al igual que sus pantalones gris claro y zapatos deportivos blancos.

- Buenos días Mina.— saludo la baja con una sonrisa.

- Buenos días chaeyoung pasa...— se hizo aun lado y cerro la puerta cuando entro, se dirigieron a la cocina y miro el reloj de la pared faltaban 10 minutos — Llegas temprano.

- Es que... Quería ver a Sana...— dijo acariciándose la nuca, ese gesto lo hacia cuando estaba nerviosa o ansiosa, tal vez tenía miedo de que su hija este enojada o algo por el estilo para ponerla así, también debe ser porque seria su segunda interacción.

La llevo a la cocina donde encontró a Momo con el jarabe de waffles en mano pero se lo paso a Sana rápido haciendo que esta se lo devuelva y viceversa, rodó los ojos y se acerco para quitárselo.

- No más jarabe.

- Mamá! — grito Sana y la ayudo a levantarse rápido para que fuera hacia chaeyoung.

Esta se puso de cuclillas para recibir el abrazo de la pequeña y después la cargo en sus brazos volviendo al comedor para sentarla.

Su amiga la miro con el ceño fruncido pero le dio una leves palmaditas en su espalda esta agarro su mano para dar un apretón y entonces asintió diciendo que estaba bien con una sonrisa.

La baja mientras abrazaba a su hija no pudo evitar ver esa escena y sintir varias punzadas en su pecho, dolía mucho pero sonrió cuando su hija dejo un beso sonoro en su mejilla.

- ¿Como has estado pequeña?

- Bien, ahola que estas aquí mucho bien.

- Sería mucho mejor — dijo pasando su pulgar por aquel lugar manchado por lo que estaba comiendo y su hija asintió.

- Estoy supel bien con mamá y lo estoy mucho supel supel mejol polque estas aquí y mami también, Momo también.

- Pensé que te habías olvidado de mi ya iba a llorar — hablo la chica que como nombre su hija debe ser Momo.

- Nunca me olvidale de ti, ni de tia Nae y Jeong....

- Eso esperó, bueno me iré a trabajar, tengan cuidado de camino.

- Tú también.

- Te esperó, no te arrepientas.

- No lo haré.

— Adiós Sana — la pequeña se estiro hacia la peliazul que se había acercado para darle un beso, lo que no se esperaba es recibir uno también en la mejilla por parte de aquella chica que salio soltando una carcajada.

- Es un poco rara...

- Lo es, ¿ya desayunaste?

- No... Iba a comer cuando llegue a la empresa.

- Yo puedo dal mis waffles.

- No hace falta pequeña, ve a seguir comiendo porque después se hace tarde.— la dejó en el suelo y la vio caminar rápido a la silla donde se subió con la ayuda de la rubia.

- Sienta te, hice muchos pensando que Momo se los iba a comer pero parece que se le hace tarde para el trabajo.— Comió lo que la contraria le dio y esta se sentó a lado de Sana con una taza de café.

- ¿No comeras?

- No tengo apetito.

- Te hará daño.

- Tú viniste sin desayunar.

- Tenía que revisar varios correos en mi laptop y no pude resistir venir a verlas cuando aún faltaba unos minutos.

- Mami dice que ya no te ilás, que podlás llamadme y envial mensajes a cualquiel hoda, también venilme a vel y juga...

- Así es, estoy disponible para ustedes a la hora que quieran.

- Yo estoy bien, Sana es la que te necesita.

- Mami tu también, en la televisión sale que las palejas duelmen juntos y también se dan besitos...— vio a la nipona morder su labio inferior y después mirarla a los ojos por unos segundos ya que la desvío rápidamente.

- Debería decir a Momo que no vea películas o novelas mientras estes tú.

- Ella vive aquí?

- Momo, si, ella paga la mitad y yo la otra.— le hubiera gustado oír que solo se había quedado por una noche.

- ¿Mamá podemos il al cine el sábado?

- Claro preciosa.

- Esta sela nuestla pimela salida en familia, tu clees que Momo se sienta mal?

- Momo se puede comer todo lo que este en el refrigerador así que yo no podre ir.

- Yo le dilé que no lo haga así podlas venil con nosotlas...

- Yo también se lo diré — la rubia solo miraba a su hija y no pudo evitar sentirse ansiosa por su respuesta.

- Esta bien.

Su hija sonrió y ese gesto hizo que la imitara, limpió los labios de su pequeña que estaba manchados.

Salieron y se dirigió al jardín de niños.

- Nos vemos mamá y Mami, las quielo...- lanzo un beso antes de ser llevada por una de las maestras con la que Mina había estado hablando.

Volvieron al auto y el silencio se hizo presente, Sana le hacía preguntas sobre que le gustaba, su color favorito, su animales favorito el cual contestó el tigre y el pingüino, haciendo que Mina la mirara con una ceja levantada y solo le sonrió.

- Así que trabajarás en la empresa de Jeongyeon.

- Si, Sana y Momo insistieron mucho.

- Mina...— se giro y su mirada se encontró con la de la nombrada, agarro con fuerza el volante una vez más conteniéndose para no estirar su mano y acariciar su mejilla, mordiendo su lengua para que aquellas palabras que tal vez la harían sentir incómoda salieran — Esperó que te vaya bien en tu primer día de trabajo.

- Gracias, espero que a ti también te vaya bien hoy en el trabajo.

Asintió y la vio salir del auto, la siguió con la mirada hasta que entro al lugar, incluso con jeans, camisa y zapatos deportivos se veía elegante, encendió el auto y se dirigió a su trabajo.

una vez más - Michaeng G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora