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En cuanto el primer bloque de clases terminó, Samuel se apresuró en dejar el aula para ir en busca de sus amigos. Al no compartir sus clases matutinas, una gran sonrisa apareció en su rostro al ver a ________, y no tardó en caminar a su lado.

—Hey, —su voz llegó a los oídos de la chica, haciendo que su atención viajara hasta él y su ritmo al caminar se complementara—, ¿qué tal?

________ se volteó y mantuvo la vista en él unos segundos. Sabía que su mejor amigo no había pasado por alto su ausencia el día anterior, sin embargo, no había hallado la forma de explicarle el motivo de su falta sin mencionar el nombre de Wooyoung.  

—Hola, Sam —sonrió—. Oh, todo bien. ¿Qué hay de ti? ¿Disfrutaste cálculo?

Al escuchar aquella palabra, un escalofrío recorrió el cuerpo del chico y una mueca tomó lugar en su rostro.

—Sí, claro. Por supuesto, lo amé. —Soltó con ironía—. Fue magnífico, adoro saber que volveré a tener tres horas más en... media hora.

________ soltó una risa al ver la forma en que su amigo celebraba con sufrimiento, y negó con la cabeza antes de volver su vista al frente. Sus cuerpos caminaban por costumbre hacia la cafetería, casi como si fuera todo lo que pudieran hacer durante el descanso. 

—¿Sucedió algo? —La pregunta que había esperado desde un inicio apareció—. No te vimos ayer.

________ se limitó a sonreír como si se hubiese tratado de un accidente:

—Me quedé dormida —se encogió de hombros—. Desperté demasiado tarde para venir a clases.

Sam mantuvo la vista sobre ella y entrecerró sus ojos levemente. ________ sabía lo que estaba haciendo; la analizaba como cada vez que sentía algo más entrelíneas. Por ello, una ráfaga de alivio recorrió todo su cuerpo en cuanto lo vio sonreír.  

—Comprendo —asintió e hizo una pausa—. ¿Y entonces qué hiciste?

De inmediato, los recuerdos del día anterior volvieron a la mente de ________, quien disimuló rápidamente y torció sus labios en una pensativa expresión. Pero, antes de que pudiese contestar, sus ojos fueron atrapados por la presencia de Jung Wooyoung caminando en sentido contrario, acercándose cada vez más. Entonces, una sonrisa se plasmó en su rostro; ya no había forma de que los recuerdos la abandonaran. 

En efecto, en ese preciso instante su mente le regaló con lujo de detalles cada momento vivido junto al chico el día anterior, pasando desde los detalles más mínimos hasta sus juegos más provocadores. Luego, ambos hicieron contacto visual y Wooyoung le guiñó un ojo antes de que cada uno continuara su camino.

Sin haber obtenido respuesta, Samuel notó la mirada que su amiga le había entregado a Jung Wooyoung y no tardó en conectar las piezas. Acababa de responder su propia pregunta.

Sin embargo, ________ continuó en silencio mientras los momentos junto al chico pasaban como una interminable película en su mente. Solo fue cuestión de tiempo para que aquella noticia volviera a atacarle. Wooyoung aún no sabía.

—Sam... —murmuró.

—¿Mh?

—Tengo algo que decirte.

En lugar de encontrar la expresión que esperaba en el rostro de su mejor amiga, Sam vio la inquietante mirada que llevaba. No necesitó más para saber que había algo importante que estaba conteniendo y, de una u otra forma, estaba atormentándola.

—¿Qué es?

—No —dijo—. No aquí.

Debido al tiempo limitado que manejaban para hablar gracias a sus poco coordinados descansos entre clases ese día, ________ y Sam decidieron verse en la cafetería de siempre, en cuanto la jornada terminara para ambos. De esa forma podrían hablar sin preocupaciones y, de paso, el espacio le brindaría un poco más de privacidad a la situación.

The Drug of a Sinner | Jung WooyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora