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—¿Ju...?

________ intentó hablar, extrañada por los singulares mimos que estaba recibiendo su piel, cuando sus palabras se cortaron y se vio obligada a cerrar los ojos unos segundos. Wooyoung acababa de morderle el cuello de una manera que, de seguro, dejaría una marca.

Cuando sus labios se separaron de ella, guardó silencio, sin saber cómo reaccionar.
Molesta no estaba. Pero había sido un ataque. Uno muy inesperado.

Sin embargo, ________ no dudó siquiera un momento cuál sería el motivo de su repentino accionar; también seguía sintiendo otro par de ojos sobre ella.
No diría nada al respecto.

Subió la vista nuevamente a la chica tras el mostrador, quien ahora extendía el helado que había pedido, con una sonrojada expresión y una incrédula sonrisa en su rostro. ________ hizo contacto visual con ella unos segundos y luego se encogió de hombros sin saber de qué otra manera podía reaccionar. Luego recibió su pedido y agradeció haciendo un gesto con su cabeza.

Entonces, Wooyoung comenzó a caminar entonces hacia la salida, sin soltar el cuerpo de la chica. ________ se volteó hacia la muchacha que revisaba nuevamente la boleta; en efecto, había un helado pendiente.

—¿Tú no vas a comer? —Dirigió su atención al chico tras ella.

—No —gruñó levemente al pasar frente al muchacho de pelo color menta—. Volvamos a casa.

La chica ahogó una pequeña risita y asintió, caminando junto a él hasta el auto. Una vez que ambos estuvieron arriba, comenzaron el regreso a casa.

Cuando llegaron a la gran vivienda, Wooyoung estacionó el auto y ambos descendieron. Mientras el chico caminaba directamente al interior del lugar, ________ levantó levemente su mentón y observó su cuello en el reflejo de la ventana.
Tal como lo había pensado; la marca del chico había sido tan temporal como el tiempo que estuvieron en la heladería. Gran precisión. La chica alzó sus cejas, sonriendo con cierta adulación, y sacudió su cabeza, caminando ahora hasta la entrada.

Cuando cerró la puerta principal tras suyo, sus ojos se toparon con las pupilas del chico recorriendo su cuerpo mientras una sonrisa comenzaba a formarse en su rostro. ________ relamió sus labios, subiendo una de sus cejas y cruzándose de brazos.

—¿Pasa algo?

Entonces, Wooyoung caminó hasta ella y le extendió la bolsa que previamente le había llamado la atención en la tienda:

Quiero que lo uses.

________ tomó la bolsa y asintió, algo escéptica. El chico relamió sus labios y asintió, viendo como ella comenzaba a caminar hacia el baño. Cuando estuvo sola, ya frente al espejo, abrió la bolsa y una sonrisa incrédula apareció en su rostro, sin poder acostumbrarse del todo a las pequeñas manías de Wooyoung.

Lencería.
Jung le había comprado lencería.

________ mordió su labio inferior, observando el conjunto rojo de dos piezas que tenía en frente. El hecho de que Wooyoung hubiese elegido algo así para ella solo podía significar que, aunque hubiese sido por minúsculos instantes, había fantaseado con su imagen.

Entonces, sin perder más tiempo en apreciar las prendas, se desvistió por completo y luego visitó su cuerpo con el conjunto. Después de apreciar el encaje que cubría su piel, subió la vista a su reflejo, notando como aquella pieza de lencería destacaba sus curvas y acentuaba los puntos en los que -sabía- Wooyoung solía perderse.

The Drug of a Sinner | Jung WooyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora