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Luego de almorzar juntos, ________ y Wooyoung pasaron el resto del día de manera tranquila dentro de la vivienda, disfrutando de la compañía del otro como solo ellos sabían; ni siquiera recordaron que ambos eran estudiantes y sus quehaceres continuaban pendientes. Fue así como, al caer la noche, los chicos se acomodaron en la gran cama de la habitación y se dispusieron a ver una película. Sin embargo, nada más al descansar su cuerpo mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Wooyoung, la chica cayó dormida.

Y no fue hasta un par de horas después que el frío la despertó. Por instinto, ________ frotó sus brazos con sus manos y abrió los ojos. Se había quedado dormida sobre la cama y la temperatura ambiente había disminuido considerablemente. Eso, y que Jung Wooyoung ya no se encontraba a su lado.

Al ser consciente de este detalle, se sentó rápidamente, extrañada. Aún intentando enfocar su vista, sus ojos recorrieron la habitación, reparando en un bolso a los pies de la cama, abierto y con ropa en el interior.
________ frunció su ceño y relamió sus labios, intentando recordar si aquello había estado ahí antes, o era nuevo. Sin embargo, apenas pasaron unos segundos antes de que Wooyoung regresara a la habitación con una camisa en sus manos y la guardara en el bolso.

—¿Te vas? —Fue lo primero que salió de sus labios, por instinto, observando al chico que tenía toda su atención centrada en lo que estaba haciendo.

Entonces, Jung asintió, acabando por repasar con la vista el interior del bolso. La chica sintió su mundo sacudirse nada más despertar. 

—¿D-Dónde vas?

Pero Wooyoung no respondió. En cambio, cerró la mochila y asintió una vez más. Luego subió la vista e hizo contacto visual con ________. La chica había tenido sus atentas pupilas sobre él desde el momento en que lo vio ingresar en el lugar y, finalmente, era correspondida. Entonces, sonrió.

—Arriba, amor.

—¿Arriba?

Wooyoung soltó una pequeña risa a causa de la ternura que el desentendimiento de ________ le causaba:

Vienes conmigo.

Y, sin darle tiempo a hacer pregunta alguna, se retiró de la habitación. Ella, negándose a perder un segundo, se levantó y siguió al chico escaleras abajo. Fue en ese momento en que vio como este esperaba por ella para salir, y luego aseguró la entrada, caminando hacia el auto en un acto seguido.

Cuando ________ ingresó al vehículo, abrochó su cinturón de seguridad y esperó a que Wooyoung encendiese el motor para comenzar el trayecto. Una vez estuvieron en movimiento, intentó aclarar su mente asimilando lo que acababa de suceder; sin dudas había sido demasiado repentino para comprenderlo.

Entonces, luego de contemplar unos segundos la oscuridad de la madrugada y las luces de los faroles iluminando la calle, habló:

—¿Dónde vamos?

Una de las comisuras de Wooyoung se elevó mientras su vista continuaba fija en el camino; como si hubiese estado esperando todo ese tiempo a que la chica volviese a repetir aquella pregunta.

—A la playa.

—¿A la playa? —________ se volteó hacia él, intentando descifrar algún indicio en sus expresiones que le demostrase que el chico estaba jugando con ella. Pero no lo halló—. ¿Por trabajo? —Fue lo primero que hizo sentido en su mente.

— Por el día.

La chica guardó silencio, levemente boquiabierta mientras observaba al muchacho. ¿Qué era todo eso? 

Al notar su mirada, Wooyoung volvió a sonreír de lado y le observó de reojo.

—¿Qué? ¿Le tienes miedo al mar?

Entonces, ________ no pudo evitar sonreír igualmente ante la provocación ajena. Puso sus ojos en blanco y negó con la cabeza, volteándose hacia la ventana y limitándose a observar el paisaje. En efecto, a medida que las horas pasaban y el cielo comenzaba a iluminarse lentamente a causa del amanecer, ________ confirmaba más y más que Jung no jugaba con ella; estaban a demasiados kilómetros de la ciudad como para que fuera una mentira.

No fue hasta que el reloj de su muñeca marcó las diez de la mañana, que el chico aparcó a un lado de la carretera en una estación de servicio. A pesar del largo trayecto recorrido, apenas parecía cansado. La chica se volvió a él con una ceja en alto y ladeó su cabeza.

—Iré por un café —murmuró él, apagando el motor y observando a la muchacha a su lado—.¿Tienes hambre?

________ negó y vio como Wooyoung salía del auto en dirección a la tienda 24 horas. Ya con la ventana abajo, podía comenzar a sentir aquel aroma característico del mar. Sin dudas estaban cerca.

Entonces, sintió una pequeña vibración en su celular.

Sam
Hey
¿Es la semana de faltar a clases? ¿Dónde estás, ________? ¡Tengo algo que contarte!

Al leer las palabras de su amigo, desbloqueó el aparato y se mantuvo unos segundos contemplando la pantalla. ¿Qué se supone que le diría? ¿Qué exactamente era lo que podía decir?

"¡Sam!
Yo... eh... ¡Te lo explico mañana!
¿Qué quieres contarme?"

Sin embargo, luego de presionar el botón de enviar, ________ se vio obligada a mantenerse dentro de la conversación, aguardando por obtener una conexión a internet lo suficientemente fuerte como para poder mandar sus mensajes.
Luego de unos minutos sus palabras fueron enviadas, justo a tiempo para ver a Wooyoung volver con un café en la mano y una bolsa de papel colgando en su muñeca.

—Creí que irías por un café —comentó mientras él se acomodaba y dejaba la bolsa a un lado.

—Eso hice —murmuró obvio—. Solo compré un poco de todo por si comienzas a tener hambre.

________ guardó silencio sin despegar sus ojos del chico y suspiró; sabía que no tenía caso decirle que no debía comprar de más a esas alturas. 

—Gracias —dijo con una sonrisa. Luego se acomodó en el asiento y apoyó su codo en la puerta, descansando su mejilla sobre sus nudillos. En ese momento, notó como el chico sacaba su celular de su bolsillo, y añadió: —No hay buena conexión por aquí.

La sonrisa de Wooyoung  se ensanchó y observó a la chica.

—Lo sé —dijo mientras presionaba el botón de su celular hasta apagarlo—. ¿Continuamos?

The Drug of a Sinner | Jung WooyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora