5. Una foto en Blanco y Negro

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"Y me siento como un niño
Imaginándome contigo
Como si hubiéramos ganado por habernos conocido
Esta sensación extraña
Que se adueña de mi cara
Juega con esta sonrisa
Dibujándola a sus anchas

Y vivir así, yo quiero vivir así
Ni siquiera sé si sientes tú lo mismo"

Una foto en blanco y negro - El canto del loco

🎼🎼🎼

Raoul ya no sabe qué hacer para matar el tiempo mientras espera sentado en esa silla de plástico tan incómoda. Unos cuantos días después del percance del baño, Ana le avisó de que finalmente le dieron cita para el médico para esta mañana. Y, pese que el rubio se ofreció a perder clase por acompañarla -aún debe agradecerle a Lydia que no pusiera ni una pega respecto a pasarle los apuntes y cubrirle-, la canaria ha decidido en el último momento entrar sola en la consulta. El chico deduce que, pese a que esté al tanto de lo que le pasa, ella sigue sintiendo algo de vergüenza al exponerse de esa forma frente a alguien.

Lo único positivo que saca Raoul ahí sentado en esa desesperante sala de espera, valgase la redundancia, es que, además de que ha podido interceptar a Ana antes de que hiciera algo mucho más grave, ha aprendido a quererse un poquito mejor. Las dudas e inseguridades respecto a su físico que estaba teniendo últimamente le pueden llevar a un estado como el de su amiga y él, desde luego, piensa frenarlo antes de que eso ocurra.

El sonido de la puerta de la consulta abriéndose le permite no tener que recargar por octava vez consecutiva su timeline de Twitter. Poniéndose en pie, a la par que disimula el pequeño susto que le ha dado la puerta, se sitúa junto a su amiga y le pasa el brazo sobre los hombros para pegarla a él en un abrazo de ánimo.

-¿Qué tal? -Pregunta él mucho más nervioso de lo que aparenta.

-Bien, bueno ya sabes, dentro de lo que cabe. Estoy en el límite del infrapeso, lo que significa que tengo que coger peso pero no corro peligro de desnutrición -explica con una mueca avergonzada la morena-. El médico me dio una rutina de comidas para que la cumpla a raja tabla y la dirección de un especialista para que me haga algo así como un seguimiento. Si no te importa, podemos pasarnos ahora para que me haga el horario y ya lo tengo todo hecho.

-Claro, tranqui -le besa la sien para calmarla.

-La parte positiva es que no me vieron un caso tan grave como para tener que ingresarme en el hospital y hacerme el seguimiento allí -se encoge de hombros la chica escudándose en que podría haber sido peor-. No lo hubiera soportado, tanto tiempo fuera de casa, sin bailar, con mis padres decepcionados conmigo...

-Pues ya sabes, tía, si no quieres eso tienes que sacar fuerzas hasta de donde no las tengas para superar esto siguiendo los consejos del médico -razona el rubio tecleando en el Google Maps la dirección del papelito que le ha dado el doctor a su amiga-. Y si...

-Si tengo dudas, necesito ayuda o cualquier cosa llamo al magnífico Raoul Vázquez que está las veinticuatro horas del día disponible para mí -recita de memoria Ana haciendo reír al catalán-. Lo sé, enano, me lo dijiste un millón de veces. Y... gracias, de verdad, voy a necesitar una mano amiga y no se me ocurre una mejor que esta manita blanquita y chiquitita -bromea cogiéndole la mano con la que no sujeta el móvil.

-¿Era necesario que hicieras hincapié en lo pequeño que soy? -Pone los ojos en blanco el rubio.

-La duda ofende, amiga -responde entre risas la chica.

Entre conversaciones banales, los dos amigos llevan frente al edificio del nutricionista que le ha aconsejado su médico de cabecera a Ana. Raoul se lanza decidido a llamar el timbre, pero ella lo detiene en el último momento.

FALLING (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora