13. Bang Bang

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"I was five and he was six
We rode on horses made of sticks
He wore black and I wore white
He would always win the fight"

-Bang Bang - Nancy Sinatra

🎼🎼🎼

Los despertares siempre le han costado bastante. Afrontar un nuevo día, abandonar el calorcito y la comodidad de la cama, deshacerse de su pijama ancho para enfrascarse en sus vaqueros pitillo... Si a eso le sumas el cuerpo de Agoney prácticamente acoplado al propio, Raoul ya da por imposible el hecho de levantarse de la cama.

Aún con los ojos cerrados, el rubio se permite inspirar en profundidad logrando que el característico aroma del canario se le quede grabado en el cerebro. Se muerde el labio para no emitir ningún sonido con el que pueda desvelar al contrario. Oye unos murmuros fuera. Supone que Miquel y Lydia se habrán despertado ya, por lo que reza mentalmente para que no hagan demasiado ruido ellos tampoco.

Sabiendo que es inevitable que Agoney se termine despertando, de hecho su propio despertador va a sonar en un par de minutos, el catalán aprovecha los últimos instantes de fantasía de la mejor forma que sabe. Siendo consciente de la amplitud de su cama, deduce que su cuerpo debe estar a escasos centímetros del del moreno. Con sumo cuidado, bajo el pretexto de rozar el pecho del mayor con la espalda para engañar así a su cerebro y fantasear con la imagen de Agoney y él haciendo la cucharita, se mueve ligeramente hacia atrás hasta notar el contacto.

Grave error.

El pequeño gemido que suelta Agoney antes de despertarse le da la razón. Resulta que en un fallo de cálculo, Raoul no ha tenido en cuenta que su culo llega antes a su destino que su espalda. Y el destino... bueno, el destino desde luego no es el pecho del canario.

-¿Raoul? -Pregunta entre somnoliento y avergonzado el moreno.

-Perdón -carraspea para aclararse la voz-, es que me muevo mucho cuando duermo.

-Ya veo, ya -bosteza desperezandose lentamente-. Esto... sigues apoyado en mi...

-¡Sí, dios, lo siento! -Exclama el menor arrastrándose por el colchón hasta caerse por el lado contrario de la cama.

Y Agoney intenta no reírse por respeto a su amigo, de verdad que sí, pero le es inevitable al verle levantarse del suelo con la mano en la cabeza y una mueca de dolor en el rostro.

-¿Estás bien? -Se interesa entre risas el canario, cubriéndose la boca con las manos.

-Yo... eh...

Temiendo echarse a llorar por el pánico y el ridículo hecho, Raoul corre hacia el baño y se encierra, con la esperanza de que uno de los dos desaparezca. Sabe que no ha surtido efecto cuando oye unos golpecitos al otro lado de la puerta.

-Ey, chiquito, no pasa nada -lo intenta tranquilizar el mayor-. Perdón por haberme reído.

-No, tranquilo, si lo normal es que te rías -suelta Raoul controlando el sollozo que lucha por escaparse de su garganta-. Soy un payaso, Agoney.

"Por hacer algo que no debía, por permitirme soñar despierto, he acabado así" se fustiga mentalmente el rubio.

-Venga ya, pibe... -ríe suave el moreno-. Si el que debería estar muerto de la vergüenza soy yo, que te restregué ahí toda la cebolleta.

FALLING (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora