FALLING (Ragoney)

27. Fighter

"After all of the stealing and cheatin'
You probably think that I hold resentment for you
But uh-uh, oh no, you're wrong
'Cause if it wasn't for all that you tried to do
I wouldn't know just how capable I am to pull through
So I wanna say thank you"

—Fighter - Christina Aguilera

🎼🎼🎼

Después de la cena con Miquel, tanto Raoul como Agoney notaron el cambio de actitud en Lydia. La chica se encuentra más positiva de cara a las dificultades que le plantea que su tutora de prácticas sea tan pasota, además de investigar sobre algunos juegos didácticos para llamar la atención del revoltoso Axel con la intención de volverlo a encaminar junto al resto del rebaño. El catalán ve a su amiga con la misma ilusión con la que empezó las prácticas y eso lo hace extremadamente feliz. Le gusta el cambio de chip que ha supuesto para la chica el aclarar su lío con el profesor de desarrollo.

Por su parte, Raoul está bastante más relajado que Lydia con su clase. Los niños han empastado con él de maravilla y, al ser los más peques del centro, el único gran desafío que le ponen es el de poder seguir el ritmo de todos sin desmayarse del cansancio en el proceso. Pero él lo hace encantado, aunque llegue a casa con agujetas en partes del cuerpo que no sabía ni que existían. Merece la pena darlo todo de sí mismo si va a marcharse a casa con un par de dibujos y varios monigotes de plastilina bajo el brazo.

Así que, con el gusanillo de las prácticas algo más calmado, el catalán se ha propuesto darle caña al dueto de baile que tiene que interpretar con su novio en un par de semanas y que, por desgracia, aún no está terminado. De eso mismo hablan los dos chicos en el coche, de camino a la academia para empezar con la primera clase de la tarde.

—¿Y si acabamos comiéndonos la boca y a tomar por culo? —Sugiere Raoul dejando caer la cabeza en el respaldo del asiento.

—Claro, y nos ponemos a follar en medio del escenario —ironiza el canario.

—Perfecto, pues ya tenemos final —le sigue el rollo el rubio.

—Era broma —se pone serio el mayor.

—Pues entonces sugiere tú algo, guapo —ríe el catalán.

—Encima, si monté toda la coreografía —pone un puchero Agoney.

—Bueno, mi amor, eres coreógrafo, por algo te pagan —lo pica Raoul llevándose un pequeño pellizco en el muslo a modo de reprimenda.

—Me caes tan mal a veces...

—En tus sueños —le saca la lengua el pequeño.

—Pues sí, pero no te aproveches de eso —hincha los mofletes el moreno para mostrar su disconformidad.

El menor pone fin a la discusión fingida con un sonoro beso en la mejilla del conductor, obligándolo a sonreír. Raoul posa su vista en lo que hay a través de su ventanilla. La zapatería especializada donde siempre compra sus zapatos de baile. Están a un par de manzanas de la academia y aún hay una cuestión que ronda por su mente y que no ha aclarado con su chico.