FALLING (Ragoney)

22. Fix You

"When you try your best, but you don't succeed
When you get what you want but not what you need
When you feel so tired, but you can't sleep
Stuck in reverse

And the tears come streaming down your face
When you lose something, you can't replace
When you love someone, but it goes to waste
Could it be worse?"

—Fix you - Coldplay

🎼🎼🎼

Raoul está exhausto pero, después de toda una semana intentando ganarse a veinticuatro monstruitos de tres años, al fin ha llegado la tarde del viernes. Todo el miedo previo a las prácticas se desvaneció a las pocas horas de empezar, cuando descubrió que tanto su tutora como los alumnos que le han tocado son de los mejores del centro. 

Lydia no ha tenido tanta suerte como él, su tutora parece algo pasota y hay un pequeño bastante revoltoso en su clase que la trae de cabeza. Aún así sabe que su amiga no es el tipo de persona que se rinde con facilidad, por lo que está convencido de que sabrá salir adelante pese a las trabas.

Volviendo a Raoul, adora su trabajo en las prácticas. Lo que no adora tanto es tener que coger el bus todos los días para ir y volver de casa al colegio. Está a punto de sentarse en la parada para ponerse a esperar cuando el móvil lo saca de su ensimismamiento originado por el cansancio.

Solo el nombre que ocupa la pantalla de su teléfono le hace sonreír.

—Dígame.

—¿Cómo está el profe más guapo del mundo?

—Ago... —Lo regaña mordiéndose la sonrisa el rubio.

—¿Qué pasa? ¿Los amigos no admiran la belleza de otros amigos? —Cuestiona el moreno esbozando una sonrisa traviesa que, aunque no pueda ver, Raoul sabe que está ahí.

—No si babean por el otro y quieren mantener la relación como está —concluye con una risa tímida el catalán, sintiendo como le suben los colores—. ¿Para qué llamabas?

—Nada, para saber qué tal te fue la primera semana en el cole.

—Tienes que dejar de hacer esto —suspira al teléfono el rubio.

—¿Preocuparme por ti? —Frunce el ceño el mayor.

—Ser jodidamente adorable —aclara Raoul sin saber de dónde saca la osadía para seguir hablando.

—No puedo, viene de fábrica.

El catalán sonríe al otro lado de la línea. Agoney está más grande que nunca, pues esos piques en los que parece que peca de vanidoso, Raoul los ve como una clarísima mejora en su autoestima. El canario, en apenas una semana de terapia, ha aprendido a encajar cumplidos, aceptarlos y creérselos. Y la verdad es que el menor no puede estar más orgulloso de él.

—Respondiendo a tu pregunta —prosigue el rubio—, ha ido muy bien. Creo que a los niños les gusto y eso mola.

—Normal, hay que ser imbécil para no quedarse prendadito de ti —añade el canario temiendo estar pasándose con las fichas.

—Me estoy sintiendo atacado, Agoney, voy a acabar colgándote —bromea un abrumado Raoul.

—Perdón, ya paro —ríe tímido el moreno—. ¿Entonces no te dieron mucha guerra?