7. Wings

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"Under a trillion stars
We danced on top of cars
Took pictures of the stage
So far from where we are
They made me think of you
They made me think of you"

Wings - Birdy

🎼🎼🎼

—Reconócelo, nos hemos perdido.

A sabiendas de que nada más terminen de comer deben coger el coche para no llegar muy tarde a casa, los dos chicos han decidido madrugar para hacer todo el turismo que no hicieron ayer. Dejándose llevar por una de las guías que les sugiere Google, han visitado algunos de los rincones más conocidos y transitados de Madrid. El problema llega cuando, cerca de las once de la mañana, ambos han acabado en una calle que no saben ni cuál es, ni dónde se encuentra, ni cómo salir.

—No, solo tomamos un camino distinto para volver —afirma con total convicción el canario—. Así vemos cosas nuevas, que volver por donde vinimos es muy aburrido.

—¿Cosas nuevas? —Alza una ceja escéptico el menor—. Si aquí no hay nada, ¿qué coño quieres ver?

—Mmm... —vacila Agoney escaneando la calle en busca de algo con lo que callarle la boca al contrario—. ¡Mira, ahí! Podríamos entrar, yo nunca estuve en ninguno.

—Agoney, eso es un sex shop —afirma Raoul sintiendo como el rubor se le expande hasta las orejas.

—Sé leer, mi niño, pero gracias por la aclaración —ríe el mayor.

—¿Por qué íbamos a entrar en un sex shop? Además, es domingo, ¿qué hace abierto?

—Yo qué sé, ¿no tienes curiosidad de ver qué hay? —Pregunta con una sonrisa de oreja a oreja el moreno.

—¿Por qué asumes que nunca he estado en uno? —Pone media sonrisa el rubio.

—¿Estuviste? —Inquiere Agoney con los ojos como platos.

Raoul niega la cabeza con resignación haciendo que el contrario vuelva a esbozar esa enorme sonrisa que lleva en su rostro desde que vio la tienda.

—Vamos, va.

Sin pensarlo mucho más, Agoney agarra la muñeca del contrario y tira de él hasta la puerta del establecimiento. Sólo lo suelta cuando abre la puerta y se cuela dentro. Con pocas ganas de entrar, pero muchas menos de desaprovechar el poco tiempo que le queda a solas con el canario, Raoul decide seguir sus pasos.

Y, definitivamente, no debería haberlo hecho. Nada más entrar, un maniquí uniformado de arriba a abajo con productos de látex de todo tipo les da la bienvenida. Un par de chicas y un chico, los dependientes supone el rubio, conversan distraídos tras una especie de mostrador. Antes de que los vean y les dé por acercarse a asesorarles, el catalán es quien tira de la camiseta de Agoney empujandolo hasta uno de los pasillos para así poder observar los productos sintiéndose menos expuestos.

—Wow, Raoul, ¿esto es una especie de indirecta? —Pregunta el canario observando uno de los estantes que hay tras el contrario.

Al voltearse, el rubio vuelve a arrepentirse de haber actuado sin pensar. Al ver toda clase de mordazas, esposas, correas, antifaces, fustas e incluso bozales, Raoul se quiere morir. Ha empujado sin querer a Agoney hasta la zona BDSM.

FALLING (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora