FALLING (Ragoney)

29. Falling

"I'm in my bed
And you're not here
And there's no one to blame
But the drink in my wandering hands

Forget what I said
It's not what I meant
And I can't take it back
I can't unpack the baggage you left"

—Falling - Harry Styles

🎼🎼🎼

Se levanta temprano, demasiado teniendo en cuenta que es sábado y que ha dormido a penas cuatro horas. El lado vacío de su cama le grita a la cara lo imbécil que fue ayer al volcar su frustración en Agoney y esto, a diferencia de lo que está acostumbrado, no es sólo una pesadilla. Es la cruda realidad. A pesar de estar medio adormilado no le pasa por alto el detalle. "El lado vacío de su cama". ¿Cuándo se ha acostumbrado tanto a la presencia del canario en sus noches que no verle a su lado en una cama de 90 supone un vacío?

Antes de seguir castigándose por algo que no puede cambiar, se levanta de la cama y se prepara para salir de casa. Ha quedado en unas horas con Mimi para consolidar mejor la coreografía del dueto. Por suerte, la granaína es de aprendizaje rápido y, a pesar de haber tenido que salir de la academia cerca de las tres de la madrugada la noche anterior, se ha aprendido los pasos a tiempo para el recital.

Se sorprende al salir de su habitación y encontrarse a Lydia preparando un desayuno que podría alimentar a una familia entera.

—¿Qué haces despierta un sábado a las siete y media de la mañana? —Alza una ceja el rubio.

—Prepararle una sorpresa a mi mejor amigo para subirle el ánimo —responde sonriente la chica.

—Ni te rayes, tía, me piro ya —niega con la cabeza el menor, intentando huir de la compasión de su amiga.

—Sí, hombre, no vas a hacerles el feo.

—¿Hacerles el feo? —Entrecierra los ojos Raoul—. ¿A quiénes exactamente?

—A nosotros.

Se voltea en dirección al sonido de la voz. De la habitación salen tres personas. En cuanto ve quien es el dueño de las palabras que ha escuchado hace unas milésimas de segundo, se abalanza sobre él. 

—¿Qué haces aquí, Marcos? —Llora en su hombro el rubio.

—Un pajarito me dijo que estabas tristón y, como tenía que venir sí o sí para verte bailar, he venido un poquito antes para animarte y distraerte un poquito —sonríe amable el ex del chico mientras le acaricia la nuca.

—Deduzco que tú más de lo mismo, ¿no? —Ríe Raoul secándose las lágrimas a la par que le choca el puño a Miquel sin soltarse del abrazo de Marcos.

—No, yo vengo a darte caña —alza las cejas de forma chulesca el profesor, sacándole otra carcajada.

—Qué sorpresa... —Ironiza antes de fijarse en el último chico—. Y tú... no sé quién eres, pero gracias por venir, supongo.

—Soy Joel —ríe el chico realmente divertido con la actitud del contrario—. Encantado.

—Joel... ¡Ah! Tú eres su... oh... —Raoul se separa de inmediato del cuerpo del peliazul en cuanto cae en cuenta.

—Ven aquí, piojo —sentencia Marcos volviendo a tirar de él para abrazarle con fuerza de nuevo, un abrazo que el rubio necesita—. Aunque sea mi novio no va a asesinarte por darme un abrazo.