capítulo cinco: el probador.

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mordí su mano a causa de qué me impedía respirar correctamente, él solo se quejó son un gruñido y me miró, frunciendo el ceño.

— ¿por qué mierda hiciste eso? — susurró, sobando su mano con la otra y suspiró.

— ¿qué mierda haces aquí? — dije exaltada, imitando su tono de voz.

estaba por hablar cuándo su mirada bajo hacía mi cuerpo el cuál noté que estaba desnudo, él solo levantó la ceja y yo me tapé con el vestido lo más que pude.

— no respondiste mi pregunta, Evans — gruñi.

— solo me estoy escondiendo — soltó una pequeña carcajada.

— no eres un niño de cinco años, chris ¿de quién o qué te estás escondiendo? — frunci el ceño, notando cómo su mandíbula se marcaba

— eso no es asunto tuyo — dijo más serio.

— entonces si no es asunto mío, sal de aquí, porqué si nos llegan a ver aquí pensarán cualquier cosa — frunci más el ceño, el solo dio un paso adelante dispuesto a hablar, pero la voz de la encargada detrás de la cortina lo interrumpió, poniéndose detrás de mi, tratando de cubrirse.

— ¿señorita, está todo bien? —

miré de reojo a Chris, suspirando levemente y hablé, un poco nerviosa.

— oh, eh sí.... está todo bien, ¿por qué no lo estaría? — dije un poco exaltada. el toque de chris sobre mi piel expuesta se hicieron presente, haciéndome más difícil el intentar hablar para qué no nos descubran.

— es qué me dijeron qué había entrado otra persona aquí y quería saber si usted estaba bien —

— ¿una persona? — solté una carcajada sacando las manos de chris de mi cuerpo cómo pude — la única persona en este probador soy yo, señorita — reí nerviosa y le lancé una mirada enojada a Chris, el cuál parecía que estaba disfrutando eso.

— bien, cualquier cosa puede avisarme, señorita —

luego de eso y de qué esperara a que los pasos de la encargada se fueran, miré de nuevo a Chris.

— ¿me vas a decir? — me crucé de brazos, aún sosteniendo el vestido tapándome mi parte delantera y corriendo otra vez los las manos de chris — ¡la santa mierda deja de tocarme! — susurré intentando no gritar, aunque lo quisiera.

mis sentimientos ahora eran una montaña rusa, cómo si estuviera en la sima y no supiera si gritar del miedo o de la felicidad por tener el viento fresco en mi cara.

suspiré y me coloqué el vestido, sintiendo cómo los ojos de chris recorrían cada uno de mis lugares expuestos.

— cómo dije, estoy escondiendome de alguien — rasco su nuca, carraspeando levemente.

levanté una ceja, cruzando me de brazos. él notó eso y siguió hablando.

— cómo pudiste ver, vine con dos chicas y pues, una es mi hermana y la otra e- — lo interrumpi con mi mano. la chica que no conocía era su hermana, la otra chica era la qué hoy estaba en la oficina.

— se quién es la otra chica — rodé los ojos, demostrando mi poco interés en ella, lo cuál chris notó y levantó una ceja, divertido y con una pequeña sonrisa en sus labios.

procese lo qué contó y lo miré de nuevo confundida.
¿se estaba escondiendo de ellas? ¿o solo de la chica?

le hice esa pregunta y pude notar cómo su mandíbula se marcó un poco.

— se puede decir que sí — su voz se notaba un poco dudosa, para luego solo rendirse y tras un suspiro, soltarlo todo — la chica se ve qué está interesada en mi, ¡nisiquiera nos acostamos! — al escuchar cómo su voz se elevó, le puse mi mano en su boca.

— dios, baja la voz, evans — frunci el ceño y me aleje de nuevo, viendo cómo el solo tenía una tonta sonrisa en su cara, suspiré y moví un poco mi cabeza, para que siguiera hablando.

— se presentó en mi casa, conoció a mis padres y hermanos — apretó el puente de su nariz con una mano.

— eso te pasa por ilusionar a la pobre mujer, ¡solo es una chica la cuál le atraes y intenta atraerte también! —

— ella no me atrae, solo la invité una vez a tomar un café pero su personalidad es muy repelente, dios tampoco para de hablar sobre ella — frunce el ceño, yo suelto una carcajada, y él me agarra la cadera, poniendome en la pared y tapando mi boca con su mano — eres muy ruidosa — susurró, mandando un escalofrío por todo mi cuerpo, lo miré y él recorrió toda su mirada por mi cara para luego detenerse en su mano, dónde estarían mis labios.

sacó su mano aprovechando para acariciarme y detenerse en mi mejilla, acariciando con su pulgar, miró mis labios y luego puso su mano detrás de mi cuello, en mi nuca, para acercarme un poco y hacer rozar nuestras narices.

— tu piel es suave....  — viajo su cara hasta detenerse en mi cuello y respirar lentamente sobre este — y hueles tan bien....

mis manos viajaron por su brazo por encima del traje, al parecer era el traje qué llevaba al trabajo.
podía sentir sus fuertes brazos por encima de la tela.

— evans, basta — solté un pequeño suspiro, me estaba volviendo loca con solo su toque.

— diablos, ______ di mi apellido una vez más y juro qué pasará algo malo — su mano bajo por mi costado, deteniéndose en mi cadera, la cuál apretó más a la pared.

— chri- — mi voz se vio interrumpida por el ruido de los alambres de la cortina al abrirse.

chris y yo volteamos a la misma vez, pude notar cómo su cuerpo se tensó junto al mío.

— ¿Chris? — la hermana de chris y la chica de hoy, se hicieron presente tras las cortinas, dejándonos a los dos boquiabiertos.

— ¿quién es ella? — la chica aún con nombre desconocido, habló por primera vez desde qué la vi.

chris solo se separó de mi, carraspeando y se veía perdido, buscando una respuesta rápido.

— ella es..... es.... es ______ — me miró, buscando que lo ayude, yo solo me encoji un poco de hombros y el me dedico una mirada enojada — es mi novia — soltó eso de repente y yo solo me limité a asentir rápidamente, para luego mirarlo sorprendida entendiendo lo qué dijo.

— ¿¡qué? — dijimos las tres al unísono.

𝘁𝘂́ 𝗰𝘂𝗹𝗽𝗮. (𝖼𝗁𝗋𝗂𝗌 𝖾𝗏𝖺𝗇𝗌 𝗒 𝗍𝗎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora