capítulo nueve: la foto.

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luego de tener sexo con chris, me acosté a su lado, dándole la espalda a lo cuál él suspiró un poco, acostándose en su lugar y dándome la espalda también.

esa noche no volvimos a hablar, solo el roce de nuestras espaldas fueron los que nos avisaba que estábamos ahí.

— ♡ —

el sonido de mi alarma me hizo abrir mis ojos y darme la vuelta, notando que estaba sola en la cama. suspiré, sabía que esto iba a pasar.
toqué el lugar dónde tendría que estar chris, se notaba un poco tibia, osea que salió de la cama hace poco.

me estire para agarrar mi celular, frote un poco mi ojo para bostezar después y mirar la pantalla del celular, en la pantalla se mostraba una notificación de un mensaje de scar, cuándo la estaba por abrir, un ruido algo fuerte en mi cocina me hizo sobresaltarme.
dejé mi celular en la mesa de luz y agarré mi pantufla para usarla cómo arma, no serviría mucho pero era lo único que tenía.

caminé descalza rodeando mi cama para abrir la puerta despacio y sin hacer ruido, miré hacia la cocina, no había nadie.
suspiré y me adentre más a la cocina, llevándome la sorpresa de que alguien estaba ahí, solté un pequeño grito y le tiré mi pantufla, la cuál se estampó en su cara.

— au.... — el quejido de chris se hizo presente en cuánto la pantufla cayó al suelo — ¿de encerio, ______? — soltó una carcajada y sobo su cara con una mano, mientras dejaba una fuente con galletas en la barra de la cocina.

— ¡Christopher te mataré! — grité frustrada, poniendo una mano en mi pecho a causa del susto que me había dado, suspiré para relajarme y me apoyé en la barra, observando la bandeja con pequeñas porciones de masa con lo que podía ver, chispas de chocolate — ¿eso son galletas?

— no, es pollo — rodó sus ojos, soltó una carcajada y me miró — sí, son galletas

le saqué el dedo del medio ante su primer comentario y me acerqué a dónde se encontraba la cafetera

— ¿quieres que haga café para acompañar las galletas? —

— es lo mínimo que podrías hacer, querida —

rodé los ojos y preparé todo para hacer el café, una vez los vasos con café estaban listos, los agarré y dejé sobre la mesa, miré a chris analizando su ropa y dándome cuenta de que no tenía el traje de ayer, levanté una ceja y lo miré.

— ¿de dónde sacaste esa ropa? —

el me miró, chupando su dedo a causa de la crema que le estaba poniendo a algunas galletas.

— hoy salí temprano para traerme ropa cómoda, te tendría que preguntar a ti sobre tu ropa — me miró, de arriba hacia abajo, lo cual yo también hice y me di cuenta de que no traía ropa.

— ¡mierda!¡no mires! —salí de la cocina escuchando las risas de Chris y entré a mi habitación, colocándome mi ropa interior y un short con una remera de tirantes.

suspiré y me miré en el espejo de mi armario, pensando en todo lo que estaba pasando.
anoche, me acosté con chris, mi jefe y ahora estaba en mi cocina cocinando galletas.

reí leve, pareciendo una tonta y cubrí mi cara con mis manos.
estos últimos días habían sido un giro en mis sentimientos, ¿cómo podría alguien siquiera hacer esto y no terminar por tener unos pequeños sentimientos?.

suspire frustrada y me miré en el espejo. desde ahora era su "novia" y pronto todos lo sabrán, eso hará de mi presa fácil para la prensa y si llegara a pasar algo malo, le echaría la culpa a chris, y también le golpearia en su hermosa cara.

reí leve y me frote la cara con a las manos, era hora de ya tomar mi lugar en esta mentira, y eso significa que tengo que saber cómo jugar este estúpido juego, también significa no dejarle ver a chris cómo me está volviendo loca.

salí de mi habitación, encontrandome con el en la sala de estar, mirando el televisor y tomando un café mientras con la galletas.
lo miré, levantando una ceja y poniendo mis manos en mi cintura.

— hola, ponte cómodo si quieres — el me miró y sonrío, yo sólo rodé los ojos y me acerqué, sentandome a su lado en el sofá, aunque un poco alejada.

tomé la otra taza que estaba en la pequeña mesa enfrente del sofá y tomé un sorbo, el sabor fuerte del café y la azúcar se mezclaron en mi boca, luego de tragar el líquido, suspire relajandome.

miré la tele y vi una película de superhéroes, lo miré a él, levantando una ceja por la película que estaba viendo. se notaba muy concentrado en todo lo que pasaba, luego en un segundo me miró de reojo, para al darse cuenta que estaba levantando una ceja, me mirara completamente.

— ¿qué?

— ¿una película de superhéroes?

— son geniales, que tú seas una señora aburrida no es mi culpa — bebió de su taza, volviendo a prestar su atención a la tele.

— ¿perdón? — fruncí el ceño — tú eres el aburrido de aquí, evans

el sólo rodó los ojos y dejó su taza cuándo escuchó su celular vibrar, al mirar lo que le había llegado, casi se ahoga con el café que aún tenía en su boca.
lo miré y dejé suaves golpes en su espalda, confundida.

— ¿qué mierda te pasa?

— el vocabulario, porfavor.

— cómo si tu no dijeras palabrotas, chris.

rodé los ojos y él se tomó unos minutos para recuperarse de su ahogada.
me mostró su teléfono, en el cuál se mostraba una foto de nosotros dos en la puerta del edificio de dónde estaba mi departamento, me sorprendí y ahora era mi turno de ahogarme.

— ahora el juego empieza de verdad, ______, ya estás en la red.

lo miré, frunciendo el ceño.
lo sabía, sabía que lo estaba y ahora nada iba a ser fácil.

𝘁𝘂́ 𝗰𝘂𝗹𝗽𝗮. (𝖼𝗁𝗋𝗂𝗌 𝖾𝗏𝖺𝗇𝗌 𝗒 𝗍𝗎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora