XX. abrir los ojos

331 33 3
                                    

Ser creyente a un dios mantenía a las personas cuerdas, las mantenía creyente a que hay algo que puede salvarlas y escucharlas cuando más lo necesitas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ser creyente a un dios mantenía a las personas cuerdas, las mantenía creyente a que hay algo que puede salvarlas y escucharlas cuando más lo necesitas. Hace una semana que no hablaba con él, ni siquiera lo miraba y eso se notaba en mi actitud hacia el, pero no quería seguir lastimándome.

Hoy me sentía de una raramente manera feliz por que hoy por fin podía dejar de usar maquillaje en mi cuerpo para cubrir mis hematomas, salte cada escalón hasta llegar a la parte de abajo, me senté en la mesa viendo enfrente de mi un plato con dos panqueques.

 ─gracias─ agradecí a Laurie que seguía aun preparando el resto esperando a los dos hombres de la casa 

─cariño, ¿estas bien?─ asiento dando mi primer bocado deleitando el sabor en mi boca

─ahora estoy mucho mejor─ probé mi malteada de chocolate que a pesar de no ser mi preferida me gustaba 

─Andy y yo nos iremos unos días ─ paré de comer neutralizando mi cara─ Jacob y tu se quedaran un par de días solos, confiamos en ustedes ─ trague en seco pasando el nudo de mi garganta 

─Ben, me pidió que me quedara en su casa para hacer maratones de películas ─ seguí comiendo ignorando el hecho que era mentira todo esto ─ te venía a decir eso─ lambí mis labios embarrado de miel─ y es que en verdad quiero ir─ los pasos de los dos hombres Barber resonaron en la cocina 

─¿a dónde quieres ir Beth?─ la emoción en la voz de Andy me renovaba la mía 

─a la casa de Ben─ mi mirada no evito ver la de Jacob ─haremos maratón de películas─ trague un poco más para irme a mi habitación─ estaba pidiendo permiso a Laurie ─ volteo a mirarla y esta mira sin saber que hacer a Andy

─por supuesto─ dice extrañada, me acerco a ella dándole un beso en la mejilla

─gracias─ beso su cara repetidas veces con una gran sonrisa 

─no te había visto tan sonriente estos días ─Andy mira a su hijo que mantenía la mirada en su celular 

─¿en serio?─ me hago la desentendida ─ creo que estoy dándome una nueva oportunidad para sonreír ─ con ese comentario deje obvia la posición en la relación que teníamos Jacob y yo, ósea ninguna 

─¿cómo?─ pregunta Laurie dejando el sartén fuera del fuego de la estufa ─¿ya no están juntos?─ creo que en este momento prefería la charla de la otra vez

─nunca lo estuvimos─ la voz ronca de Jacob me lastima de nuevo

─no se puede estar juntos cuando la otra persona no te quiere─ baje la mirada con una sonrisa incomoda ─ bueno me voy─ subí a mi habitación soltando el aire que no sabía que contuve

El sábado obligue a Ben que me aceptara, hicimos tardes de películas comiendo palomitas hasta las tres de la mañana donde ordenamos una pizza que no sabíamos de donde provenía, jugamos o más bien me enseño a jugar.

Al día siguiente salimos a comprar un café por la baja temperatura en el ambiente, mis ojos fueron tapados después de ver a Jacob con Sarah platicando mientras tomaban un café, no sabía si eran novios pero dolía y más porque ella traía el suéter que solo él y yo compartimos.

─¡quiero una dona!─gritó Ben sacándome del trance en el que me metió mi mente ─ Beth, vamos─ jalo mi mano fuera de la cafetería apresurando mi paso 

─Ben, acabamos de salir de la tienda que las vende─ miré el gran cartelón con el nombre de la cafetería

─oí se me atojaron unas caseras, le diré a mamá que las preparé─ paró enfrente quitando la lágrima de mi ojo

─¡Beth!─ su voz me paralizo desde los dedos de los pies hasta las puntas de mi cabello─ ¿Cuándo volverás a casa?─ sabía que dolería lo mismo si lo negaba o lo dejaba ir  

─pronto─ sus ojos azules miraban mi cara analizando cada detalle que destallaba un impulso de felicidad 

─esta bien─ acaricia mi mejilla regalando una mirada a Ben de pocos amigos supongo que jamás le caerá bien 

Entramos a su casa al poco tiempo de marcharnos, sentimentalmente había llegado a mi limite, sonreí al ver los intentos de Ben por hacerme sonreír. Las cosas que más apreciaba de él esa era la mejor a pesar de lo que dijeran en los pasillos.

─¿por qué te gusta?─ alce mis hombros al no querer volver a lastimar mi corazón y recordarle que la persona que quiero no me quiere a mi 

─no quiero hablar de eso─ lo corto bebiendo agua, apreció su sonrisa de satisfacción disimulándola con el popote de su vaso─ Ben, ¿te sigo gustando?─ el asintió dejando de beber el agua 

─¿por qué la pregunta?─ se acerco a mi pero nos separamos por su teléfono iluminándose por las notificaciones de sus amigos─ voy al baño─ me sonríe antes de irse incomodo por la postura anterior 

Aburrida miró la pantalla de su celular repleta de comentarios irrespetuosos de uno de sus amigos más íntimos, no quería ser entrometida pero desbloqueo su celular con mi huella y veo una foto intima de Sarah, trago en secó buscando el origen de esa foto y descubro que el se la pidió y también había otra cosa que me enfureció, él la amenazo.

La voz de Ben para, cuando me ve con su teléfono en la mano y las lágrimas acumuladas en mis ojos, no imaginaba a mi amigo de esa forma, lo que se decía de él y su fama de pedir este tipo de fotos era verdad.

 ─¿Beth?

─me metiste ─ arrojo su celular a la cama enojada por su comportamiento ─tu me dijiste que no era verdad, que todo lo que se hablaba de ti era falso─ apreté mis puños─ ya no se quien eres─ el se acerca pero lo detengo

─jamás te lo pediría a ti─ toca mi mejilla 

─Ben, no se lo deberías pedir a nadie y mucho menos amenazarla─ baja su mano hasta mi hombro acariciando mi brazo hasta llegar a mi mano

─Beth, tranquilízate a ti nunca te lastimaría ─ la rabia de saber cuanto le suplicaba Sarah para que borrara esa foto me consumía, entendía que ella era la razón por la cual no estaba con Jacob pero nunca apoyaría a que le hicieran eso ─ella te lastimo y jugo con tus sentimientos─ me aparte 

─nunca mintió,─ tome el celular borrando la foto de su galería y de los mensajes a sus amigos ─me das asco─ tomo mis cosas planeando irme pero me agarra de la muñeca fuerte─ suéltame─ ordene 

─déjame explicarte─ niego dándome la vuelta encarándolo frente a frente 

─yo no hablo con ese tipo de personas,─ el intenta besarme a la fuerza pero lo alejo de un golpe en la nariz, mi mano ardía parecía que me había roto algún hueso, ─aléjate de mi ─agarre mis cosas y salí sin despedirme 

Dejando en claro que ya no era su amiga.

Surrender ||Jacob BarberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora