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Coloque mi manga del suéter lo más que pude para tapar el moretón que traía en mi muñeca, el moretón, sobresaltaba en mi piel, trate de maquillarlo sin embargo seguía notándose por lo que opte cubrirlo con la manga de mi suéter azul cielo, baje intentando no hacer ruido o llamar la atención de nadie, cosa que no funciono para nada, ya que caí y tire las cosas que había en una pequeña mesa.
—Beth, cariño—Laurie se apresuró a levantarme, reí por lo idiota que fui
—hola—saludé con alegría—¿cómo están?—me acerque a los hombres de la casa
—bien, Beth—sonreí y tomé una manzana
—Beth, cariño ¿qué te pasó?—arquee la ceja y esta apunto mi muñeca
—oh—la tape en seguida—nada—Jacob me miró y negó—debí haberme lastimado cuando dormía—Andy me miró no muy convencido pero aún así beso mi cabeza y la de Jacob para irse a trabajar
—bien niños me iré vayanse con cuidado—asentimos saliendo de la casa ya con las mochilas puestas
—¿por qué no dijiste que fue Derek el que te lastimó?—preguntó mirándome
—porque de seguro no quiso hacerme daño—lamí mis labios—Jacob,—sostuve su mano y sentí una corriente que recorría todo mi cuerpo—podemos ir por el camino del parque—este asintió sin preguntar y cambiamos de rumbo
El camino fue silencioso, nadie decía nada, Jacob se colocó los auriculares mientras que yo no dejaba de ver mi mano entrelazada con la de él, sonreí ocultando mis evidentes mejillas sonrojadas.
—llegamos—su mano dejo la mía inundandola con un aire frió
—gracias—lo abrace—en verdad gracias—suspiré—iré a mi casillero—este asintió y se dirigió a donde estaba Derek
Aunque pasaba un millón de cosas a mi alrededor no dejaba de pensar en el camino y como Jacob no soltó mi mano, sonreía ante el recuerdo, guarde mis libros y saque el de matemáticas, una vez que sonó el timbre me dirigí a el salón que no estaba muy lejos de ahí.
—Beth,—me detuvo Derek—¿por qué cambiaste de ruta?—baje la mirada pensando algo—dime—exigió tomando una vez más mi mano
—Derek—sentía el pulsar de mi muñeca volviendo el dolor—me duele en verdad—tragué saliva para no soltar un quejido de dolor
—dime y te soltaré—su voz me provocaba temor por laguna razón—acaso es por Jacob—negué
—solo quería llegar temprano—su agarre se intensificó, miré a mi alrededor y no había nada solo pasillos vacíos
—no mientas—sentía mi manos acalambrada del dolor—quiero que niegues que te gusta Jacob—y por fin pasó solté un quejido de dolor
—Derek, por favor—lo miré a los ojos—me estas lastimando—cerré los ojos evitando llorar
