Capítulo Trece

3 0 0
                                    

Nota de autora: Hola Cielitos, aquí un mini anuncio; cuando vean los asteriscos (*) debajo de una oración es porque estará la traducción de lo que se dice. He decidido que lo haré de esta forma porque siento que no recordaran quien lo dijo al colocarlo al final en el capítulo y seria como ¿? y pues no. 

 Y por favor, denle una oportunidad a esta historia que apenas comienza y que hago con mucho cariño, pueden hacerme llegar su hermoso apoyo ya sea comentando, votando o agregándolo a sus bibliotecas. 

Sin mas que agregar, disfruten 💜

Pd: Capítulo largo jejeje.







—No voy a permitir que presenten a Ruby a los de alto poder en la mafia — replica Bastian con la mandíbula tensa.

—No estoy pidiendo tu permiso, hijo — contesta mi padre mirándolo con los ojos entrecerrados.

—Es importante que se haga, Bastian —asegura el Sr. Bassett tomando de su whisky.

— ¡Es mi esposa!

—Y mi hija, Bastian — suelta cortante mi padre inclinándose hacia adelante en el sillón — Es su seguridad la que está en juego. Que hayan podido dejarle un mensaje en tu maldito apartamento me deja mucho que pensar sobre tu puesto.

El Sr. Bassett se queda en silencio a un lado de mi padre mientras que Bastian respira con bastante rapidez y cierra sus manos en puño.

—Ruby es mi esposa. La dejaran expuesta si la presentan con el Alto Mando...

—Hijo, es importante que sepan del rostro de la segunda hija de Roger. Estuvo fuera por años, nadie le seguía la pista y si alguno pone alguna demanda es porque hay una posibilidad que tenga algo que ver con las amenazas.

Bastian retrocede con la viva imagen de la incredulidad pintada en el rostro y yo respiro hondo entrelazando mis manos sobre mi regazo. Me clavo las uñas en las palmas.

—La usaras como carnada — musita Bastian mirando a mi padre.

Carnada.

Seré un maldito pedazo de carne para detectar el posible responsable de mi secuestro y amenazas.

Observo como mi padre se pellizca el puente de su nariz respirando hondo.

—No sólo su vida está en juego. Nos han saboteado la mercancía que se dirigía a Colombia y Alemania, fueron perdidas grandes y no sabemos qué hijo de puta lo hizo, y yo quiero su cabeza. ¡Nuestro apellido está en juego! — golpea el sillón con rabia y sus ojos azules parecen centellar de la cólera.

Bastian no se inmuta, sigue viendo a mi padre con odio y yo solo soporto el dolor que mis uñas hacen al abrir la carne de mis palmas. Mis ojos se quedan fijos en los del Sr. Bassett mientras que toma su whisky y analiza mi comportamiento. Se supone que no debería estar aquí, ninguna mujer en realidad. Sin embargo, Bastian parecía un toro viendo rojo cuando me vio entrar a la casa con bolsas de compras y con Ava al lado. Literalmente me arrastró hasta la biblioteca donde mi padre y el Sr. Bassett —mejor conocido como suegro, pero sinceramente no puedo llamarlo como tal— estaban reunidos hablando sobre quien sabe que cosas, hasta que Bastian entró conmigo y empezó a exigir explicaciones sobre la mierda de idea que se llevaría a cabo.

La idea de que Bastian estaba enterado quedó totalmente descartada y eso no sé si me hizo sentir bien o mal.

De lo que si se enteró luego de 10 minutos de haber interrumpido la reunión de nuestros padres, fue del mensaje que dejaron en la puerta de nuestro departamento. Al parecer Ava le había hecho llegar la noticia a mi padre primero y no estaba contento con Bastian por ello.

Lágrimas de LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora