Una vida después de la muerte.

Parte 24-

Los hombres salieron de detrás de todos los arboles, cada uno llevaba un arma en los brazos. Bellatrix los miraba a todos, buscando un lugar libre por el que salir, pero eran demasiado hombres. Anna clavaba sus uñas en la espalda de la otra chica. No iba a perder contra un par de hombres. Bellatrix escuchó un leve ruido y sintió que Anna estaba en peligro, se giro justo a tiempo para salvar a Anna del disparo de una flecha. La flecha atravesó su estomago y la chica aulló. 

-Bellatrix.-gritó Anna bajando de su espalda y buscando la herida. 

-Coged a la vampiresa y matad al monstruo ese.-Anna le sacó los dientes al hombre que había dicho eso. Pero antes de poder hacer nada Bellatrix la había vuelto a coger y corría hacia el lugar donde el número de hombres era menor. Cuando estuvo lo suficiente cerca para ver el miedo en las caras de los hombres, saltó. 

Cayó de pies, pero el dolor en su estomago era insoportable. Dejó un momento a Anna en el suelo y se sacó la flecha. Plata. La punta de la flecha estaba hecha de plata. Sabía que no la mataría, pero no cicatrizaría tan rápido como lo solía hacer. Volvió a subir a Anna a su espalda, aunque la chica se negó varias veces al ver su estado. Aunque acabo cediendo y volvió a subir. Bellatrix se fijó bien en el bosque que la rodeaba y sabía dónde estaba. La casa de sus padres no quedaba muy lejos de allí. Corrió más rápido. Su visión se empezaba a nublar y escuchaba a los hombres cada vez mas cerca. Doce caballos la perseguían. Vamos Bellatrix, puedes hacerlo mejor.-aulló al cielo, y como si hubiese llamado a alguien, una figura saltó por encima de sus cabezas y corrió hacia los hombres que las perseguían. Bellatrix siguió corriendo y más figuras se cruzaban con ellas y seguían a la figura anterior. Hombres-lobo.-eso eran las figuras. Un hombre lobo blanco pasó por su lado y las miró, se paró justo detrás de ella y las siguió. 

-Bellatrix nos sigue un lobo.-las piernas de la chica fallaron y cayó cuan larga era. Con las fuerzas que le quedaban se puso encima de Anna y la protegió de los hombre-lobo. El lobo blanco se paró delante de ella, Bellatrix le enseñó los dientes. Entonces el primer hombre lobo llegó lleno de sangre y se transformó. Bellatrix dejo de gruñir. 

-Así no se la trata a tu abuela hija.-dijo su padre, agachándose y acariciándola. Bellatrix volvió a su forma natural, al igual que el resto de lobos. 

-Padre.-se levantó como pudo y se echó a los brazos de su padre llorando.