-¿Mama?¡Mama respira!¡Mama!-Beatriz escucha a su hija gritar su nombre, quiere contestarla pero no puede, sus pulmones habían dejado de funcionar, su corazón de latir y su cerebro de pensar, pero aun así pudo ver por ultima vez a su hija mayor. Era su hora.
Una luz apareció delante de ella, y la cruzó. Delante de ella se dibujaron dos puertas doradas, supuso que sería allí donde todo el que moría iba. No era la única que estaba allí, había personas de todas las edades y países.
Una chica de unos dieciséis años paso junto a ella llorando. Pobre chica, tenía tanto que vivir.-pensó. Beatriz quería haber vivido más tiempo, haber visitado muchos más lugares, haber visto crecer a sus nietos; pero un día, el corazón se para y no vuelve a latir y ya no puedes volver atrás. Ahora solo te queda esperar a ver qué harás el resto de tu ¿vida? No, eso no era estar viva, pero se sentía como si lo estuviera, se sentía hasta mejor, los dolores que le causó la edad ya no estaban, se sentía ligera y con ganas de saber qué le depararía el futuro.
Mientras pensaba cómo matar el tiempo, Beatriz veía venir y marcharse a gente, unos entraban por el mismo lado que ella y otros entraban por otra puerta. Una puerta plateada en medio de aquella enorme sala. Si se le podía decir así a aquel rincón con paredes blancas.
En un momento vio salir a una joven de aquellas puertas plateadas, y escuchó su nombre. Se acerco a ella, cuando la joven la vio la sonrío. Beatriz se fijo más y se dio cuenta de que aquella muchacha llevaba unas alas blancas a la espalda. ¿Serán de verdad?-se preguntó. La chica con las alas blancas la hizo pasar por aquellas puertas que se cerraron sin hacer el mínimo ruido.
-Hola Beatriz.-una voz sonó en aquella habitacíon. No se podía distinguir si era de un hombre o de una mujer.
Beatriz se giró y vio... ¿cómo decirlo? Parecía una capa que estaba volando, era tan alta como aquella habitación. Era dorada, tan brillante que dañaba a la vista si la mirabas por mucho tiempo. Por eso, Beatriz bajo la cabeza, mirándose los pies.
-¿Sabes por qué estas aquí?-preguntó aquella voz.
ESTÁS LEYENDO
Una vida después de la muerte.
FantasyNacemos, vivimos y morimos. Es ley de vida. Pero, ¿y si pudiésemos volver a nacer siendo algo distinto, y a la vez, recordando lo vivido? Os planteo la historia de quien eligió formar parte de un mundo que, nosotros, al igual que nuestra protagonist...