¡ 36 !

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A decir verdad, Minho nunca se acostumbraría totalmente a despertar junto a Jisung. Por eso, cuando abrió sus ojitos y se vio desnudo junto a quien creía el amor de su vida, su corazón se aceleró y le fue imposible esconder la sonrisa que apareció en su rostro.

El cabello negro de Han estaba enredado sobre su frente, llegando a tocar la punta de sus pequeñas y adorables pestañas. Uno de sus brazos envolvía la cintura de Minho y la otra se encontraba sobre el abdomen, acariciándolo inconscientemente. Sus piernas estaban entrelazadas bajo las sábanas y Minho nunca se había sentido tan expuesto a Jisung, sintiendo roces en su abdomen bajo y muslos. 

Por la ventana de la habitación, apenas se veían líneas de luz del exterior, y por la cantidad de iluminación del lugar, supuso que ya estarían entrando en la tarde y que habían dormido durante más horas de las que habían planeado.

Durante un rato, Minho se quedó observando a su alrededor, las cosas viejas en la habitación de Jisung, las rendijas de la persiana por donde se colaba la luz del sol y el rostro imposiblemente angelical de su novio.

—Buenos días, gatito.

La voz de Jisung al despertar era algo que todavía Minho no entendía del todo. Sonaba tan grave, tan intensa que Minho quería subirse sobre su regazo y besarlo con fuerza.

Lee sonrió.

—Buenos días, Sung.

Jisung se apretó contra él, envolviendo su cuerpo son fuerza entre sus brazos.

—¿Qué querés comer? —preguntó, cerrando los ojos y sonriendo contra su oreja— Supongo que ya es hora de almorzar o algo así.

Minho levantó las cejas, símbolo del desconocimiento del horario.

—En la mesita de luz está mi celular —dijo—, fijate.

Jisung estiró un brazo hacia el costado y tomó el costoso teléfono, sorprendiéndose al ver que marcaba un horario más tardío del que creían.

 —Deberíamos cenar, más o menos —comentó Han entre risas—. Saquémonos una foto, gatito.

Minho sintió como Jisung tomaba su rostro con dos dedos y apretaba sus mejillas, abultando sus labios en un pico y provocando que arrugase su nariz.

Jisung rió con una sonora carcajada y acercó su rostro al de Minho, mordiendo con suavidad su mejilla para tomar la foto. El corazón del pelinaranja latía con fuerza, incapaz de enamorarse más del chico junto a él.

—Ahora —dijo Jisung, mientras tecleaba unas cosas en la pantalla táctil del celular—, voy a poner la foto de fondo de pantalla para que siempre recuerdes que te amo mucho.

Minho sonrió y besó despacio la mejilla del contrario, a la vez que lo abrazaba por la cintura.

—¿Vamos a comer algo, Min?

El nombrado contestó con un quejido.

—Andá vos, yo voy a hacer fiaca un rato.

Jisung rió por el comentario y se quitó las sábanas de encima para poder salir de la cama. Minho juró quedarse sin aire cuando el cuerpo desnudo de su amante se abrió paso frente a él, mostrando con orgullo y valentía cada marca sobre su piel. Buscó en el piso su ropa interior y el pantalón para vestirse rápidamente y dejar la habitación, no sin antes regalarle una sonrisa socarrona a Minho.

El pelinaranja se quedó acostado, pensando en la cantidad de cosas movilizadoras que habían sucedido la noche anterior. Él y Jisung peleando. Ellos siendo atacados. Él y Jisung llorando mientras arreglaban las cosas. Él y Jisung amándose como nunca lo habían hecho.

BAD ━ HANKNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora