¡ 30 !

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Minho estaba sentado en el cordón de la calle cuando vio a Jisung aparecer sobre la negra motocicleta; el viento le peinaba los cabellos hacia atrás y los músculos de los brazos se le marcaban notoriamente por la forma en la que agarraba el manubrio.

Cuando Jisung frenó frente a él, lo primero que hizo fue abalanzarse a sus brazos y dejar un corto beso en sus labios.

—¿Y tu abrigo? Hace frío.

Jisung rió y le entregó un casco a Minho.

—No tenía ganas de usarlo. 

Minho negó y se subió a la motocicleta detrás de Jisung, pasando sus brazos por el abdomen del contrario como siempre lo hacía. Lee creía que el viaje sería rápido; aunque no sabía exactamente dónde había un cementerio, supuso que no podría estar muy lejos. Sin embargo, se sorprendió cuando Jisung salió de la ciudad, alejándose de los edificios y posteriormente de las pequeñas casas.

No supo decir cuanto tiempo estuvieron avanzando, ni hacia dónde se dirigían, pero después de un rato, aparecieron en un pequeño pueblo rural. Había colinas adornando el paisaje y un sol radiante iluminaba sus espaldas. 

Jisung dejó la carretera, adentrándose en un camino de tierra que los llevó hasta el punto más alto de una elevación. 

—Habías dicho que era un cementerio.

Jisung se encogió de hombros y dejó los cascos utilizados sobre el asiento de la motocicleta.

—No podría haberlo explicado de otra forma.

Un pequeño pueblo podía verse debajo de ellos; no eran muchas casas, pero la mayoría de ellos tenían granjas y cultivos, por lo que ocupaba un espacio considerable en el paisaje. Jisung tomó la mano de Minho y comenzó a camianar.

—Debemos ir un poco más arriba.

Caminaron en silencio, escuchando el sonido de sus pasos sobre las ramas secas sobre el césped. Fue Minho el encargado de romper el silencio.

—¿Por qué acá? —Jisung lo osbervó confundido, sin entenderlo del todo— Digo, ¿por qué lo pusieron acá?

—Fue decisión de Seungmin. Los restos de sus padres también están acá, que es donde crecieron. Quiso que Doyoung también esté con ellos y nos pidió que lo liberemos acá si alguna vez le pasaba algo a él —hizo una pausa—. Hyunjin lloró cuando lo pidió.

—Hyunjin daría su vida por Seungmin.

—Y Seungmin lo haría por él.

Minho asintió frente a las palabras agregadas de Jisung. Al poco tiempo, llegaron al final de la colina. Jisung se sentó en una gran piedra y admiró el pueblo desde las alturas. Minho, por su parte, no sabía del todo que hacer. Quería apoyar a Han, pero al mismo tiempo, debía darle el espacio que necesitaba para afrontar la pérdida de Doyoung. 

—Vení, gatito.

Las palabras de su novio lo tomaron desprevenido, pero asintió y rápidamente se dirigió hacia dónde se le era indicado; entre las piernas de Jisung. Se sentó allí, en el huequito que formaban los muslos de Jisung por tener las piernas en posición de indiecito, y al instante sintió los brazos de Han encerrar su cintura.  La respiración chocaba contra su cuello y Minho sentía las inmensas ganas de besar a Jisung hasta quitarle la última gota de aire de su cuerpo.

—Gracias por estar acá.

Minho se dejó caer con suavidad contra el pecho de Jisung, a la vez que tomaba sus manos y las acariciaba delicadamente.

BAD ━ HANKNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora