¡ 16 !

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No pasó mucho tiempo cuando todos los motores se prendieron y los autos se alinearon en la calle. Minho observó con detenimiento cada uno de ellos, intentando ver más allá de los vidrios polarizados y encontrándose incapaz de lograrlo. Felix no parecía prestarle mucha atención a lo que pasaba al rededor de él, y seguía hablando animadamente con los muchachos parados junto a ellos. 

Minho no estaba interesado en participar en la charla de cuál de todos esos autos allí parados era mejor; primero, porque no sabía absolutamente nada de autos, y segundo, porque tenía la cabeza muy ocupada en Jisung como para pensar en cualquier otra cosa. 

Aquella persona misteriosa de atuendo negro estaba parada al otro lado de la calle, de frente hacia la multitud que conversaba y esperaba con ansias la partida de los autos. Sintió unas enormes ganas de acercarse a esa persona y preguntarle al menos su nombre, porque el hecho de ni siquiera poder ver sus ojos lo ponía extremadamente nervioso. Sentía miedo de estar frente a alguien potencialmente peligroso y no saberlo. Iba a decirle algo a Felix cuando oyó una voz desconocida junto a él.

—Hola, bonito.

Los vellos de la nuca del rubio se erizaron y giró lentamente la cabeza, encontrándose con un muchacho alto de cabello castaño claro, y  ojos gatunos con una sonrisa filosa. Minho no estaba seguro de querer entablar una conversación con ese hombre.

Huh, hola —respondió bajito, llevando rápidamente los ojos a sus botitas Converse y luego a los autos. 

—¿Es tu primera vez acá? Parecés bastante desconocido en el tema —comentó el chico, sonriéndole e intranquilizando a Lee—. Yo vengo desde hace casi dos años, conozco estos lugares como la palma de mi mano. ¿Viniste con tus amigos?

—No son mis amigos... Sólo... —Minho no sabía bien que decir, pero como el muchacho lo interrumpió, agradeció no tener que inventar una explicación coherente.

—Podés venir con mis amigos, estamos allá —señaló a un punto indistinto entre el tumulto de personas—. Vení, lindo. Vamos —tomó a Minho por la muñeca e intentó tirar su pequeño cuerpo hasta el lugar que había señalado.

—Estoy bien acá, gracias —clavó con fuerza los pies al piso.

—No seas tímido, vamos. 

Minho negó, comenzando a sentirse bastante más nervioso. Recordó la vez que se encontró con Hyunjin en el parque, sin saber que era Hyunjin. Esa tarde, Jisung había aparecido para salvarlo, pero en ese momento, dudaba muchísimo de que volviese a pasar. 

—Vamos, lindo. Somos muy divertidos, no tengas miedo. 

—No quiero ir, estoy bien acá.

—Minho, no me hagas repetirlo —el castaño pidió con un tono de voz que instaló el miedo en todo el pequeño cuerpo de Minho, le sonrió maliciosamente y Lee tembló.

—¿Cómo...?

—No preguntes, ahora vamos.

Volvió a tirar de la mano de Minho, pero esa vez, Donggeon apareció. El agarre del castaño en su muñeca se deshizo y toda la atención que antes caía sobre el rubio, pasó al muchacho de brazos fuertes que se encargaba de cuidarlo.

—No voy a decirlo dos veces, Seonghwa. O lo soltás o te parto el brazo para que nunca más puedas tocarlo.

Minho observó con ojitos llorosos a Donggeon, colocándose en signo de nerviosismo detrás de su cuerpo, mirando al tal Seonghwa por el rabillo del ojo. Sólo esa vez, Minho agradeció ser pequeño en comparación con el cuerpo del contrario, porque podía buscar refugio detrás de su espalda. 

BAD ━ HANKNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora