Pink Love

Pink Love: CHAPTER IV

PIEL DE PORCELANA.

Estaba de pie frente aquel parque que solían visitar juntas, aquel parque que dio principio y fin a su historia.

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Tiffany no lloró, ni siquiera pensó en hacerlo. Simplemente dolía, sentía un vacío en su estómago. Incluso llegó a considerar que tenía hambre y no le afectaba el hecho de que la mayor le hubiera dejado sin decir más, pero realmente no quería comer; la puerta principal se escuchó una vez más, creando un brillo involuntario en los ojos de la chica en la habitación y dejando que el departamento se viera invadido por unos apresurados pero pequeños pasos.

1, 2, 3. No bastó un número más ni un número menos para que la figura esbelta de la mayor apareciera entre el marco de la habitación donde aguardaba la chica con un ramo de rosas blancas y rosas que cubrían gran parte de su torso; sonrió.

¿Pensaste que te dejaría ir tan fácil? No soy tan boba. -Murmuró la más baja mientras regularizaba su respiración y se acercaba con seguridad hasta el borde del inmueble acolchonado, dejando el regalo para su amada a un lado de esta para tomar sus mejillas entre las palmas de sus manos y así poder besarle sin que escapase; con un vaivén lento y profundo se encargó de acariciar con sus delgados dedos las mejillas adversas al tiempo que las propias se llenaban de color, de un color rojo, como la nariz de un payaso, quizá.-

"Eres una tonta Kim Taeyeon."

"Una tonta enamorada de ti, Stephanie Hwang."

Aquel acto entre ambos incisivos continuó después de eso. La pelinegra rodeó la cintura ajena con ambos brazos en invitación a que acortase más su distancia, a lo que la mayor tomó más como una invitación a recostarse sobre la menor, lo cual aceptó gustosa.

Esa noche hubo dos posibilidades: que terminaran su relación o que hicieran el amor. Y sin duda tomaron la segunda.