Pink Love: CHAPTER II

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ALGODÓN DE AZÚCAR.

Sus mejillas se vieron rápidamente humedecidas, gota tras gota, podía jurar que ni el grifo más potente de Corea desechada agua con tal magnitud, o bueno, quizá sólo ella lo sentía así, quizá ella era la única con ese inmenso dolor.

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“Espera aquí Tae."

Fue lo último que escuchó de la menor desde hace media hora, la cual llevaba esperándole en la misma banca de un blanco quebrado, rodeada por árboles llenos de pajarillos y niños que jugaban en el lugar con supervisión de sus padres a lo lejos, sentados, esperando en las mismas condiciones que ella. El día era sumamente hermoso, aún tenía sueño, pero eso no competía contra el hecho de que el día era hermoso, casi tan hermoso como Tiffany.

¿Me extrañaste? —De nuevo esa voz le sacó de sus pensamientos, la chica que vestía pequeños shorts rosas junto con una blusa de blanco transparente, que dejaba a la imaginación los apresados pechos de esta. Y, dicha imaginación era digna de un pervertido enfermo mental de cuarenta años virgen... o de Taeyeon, eso claro estaba, había regresado con un algodón de azúcar rosa, sí, super raro el que haya elegido ese color.—

No, de echo, comenzaba a disfrutar el estar sin ti. —Sonrió como de costumbre al tiempo que palmeaba a su lado en invitación a compartir asiento.— ¿Tardaste mil horas para traer contigo un simple algodón de azúcar? Pensé que conseguirías un dragón que baila o un oso mutante.

“Pero éste algodón es rosa."

—Al igual que miles más en el universo.

La más alta, que aún se encontraba inerte frente aquella banca, elevó una ceja, formando un perfecto arco antes de sentarse sobre los muslos de su contraria, dejando sus piernas a los costados en lo que tomaba un poco de algodón para introducirlo por entre los labios carmesí de la mayor.

Calla de una buena vez amor, preparé una sorpresa para ti. —Plantó un pequeño beso en la frente de su amada para segundos después huir unos cuantos metros de la misma; Taeyeon tardó el doble de segundos para reaccionar debidamente, observándole correr tal niña pequeña. Se levantó con sorpresa antes de emprender una persecución tras la pelinegra, ¿donde demonios había dejado esa condición que presumió por años?—

*Knock*

Su definido trasero azotó con el suelo inmediato: había chocado con alguien más.

“¿No te han dicho que no debes correr entre los adultos?"

El chico de facciones afeminadas le ofreció su mano para que se reincorporara, la cual la nuevamente dolorida Taeyeon aceptó. En ese momento se cuestionó si la vida tenía algo contra sus glúteos o era pura coincidencia.

“Soy Baekhyun, y has causado que derrame mi bebida sobre mi amigo.”

“Tae-...

—Y es mi novia.

Una Tiffany con los mofletes llenos de azúcar rosa apareció tras el chico de forma silenciosa, como un ninja... un ninja que no sabe comer dulces.

“Y tendremos tres hijos, está embarazada.”

“Eso no es posible.”

“Quizá el no sepa que no tengo pene.”

De repente la más baja fue arrastrada por la niña rosa, recibiendo sólo una risa burlona por parte del chico.

Su persona especial era una vil celosa...

Y le amaba de esa forma.

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