Pasó el entrenamiento y los hermanos estaban listos para descansar, al menos dos, otro par decidió hacer otra cosa.
Donatello iba detrás de su hermano de rojo, no sabía exactamente qué harían esa noche. Esperaba que al menos encontraran a los dragones púrpura.
Iban de edificio en edificio yendo sin un rumbo especifico. Nunca especificó a dónde iban.
- Parece que la noche está tranquila. - dijo con suavidad. Mirando a su alrededor.
— Al parecer si, no ha habido mucha actividad últimamente. — Dijo Raph llegando a un alto en un edificio.
Donatello suspiró y se acercó a una esquina del edificio. Sentándose en el borde y mirando la ciudad. - Solo de lejos se ve hermosa la ciudad de Nueva York. - decía con un tono suave.
— ¿Tú crees? — Preguntó Raph, cruzado de brazos al ver hacia donde veía Donnie.
- Bueno, las luces crean un gran efecto a la vista. Pero cuando estás cerca de la ciudad se ve sucia y la gente es grosera. - suspiró profundo. - Me llama más la atención el campo y el bosque. Aunque poco lo conozco.
Alzó una ceja a lo que dijo, pensó un poco y una idea se le vino. — Ven conmigo. — Dijo al saltar a otro edificio.
Le miró confundido, poniéndose de pie para así seguirlo. - ¿A dónde vamos? - preguntó confundido.
— Sólo ven. — Dijo nuevamente al adelantarse.
Levantó una ceja y tan solo lo siguió con calma, no entendía bien lo que pasaba, pero tan solo obedecería.
Vio que llegaron a un edificio en especial, por una ventana rota, Raph le hizo seña de pasar, caminaron por unos pasillos y después llegaron a lo que era la cima del edificio. Y ahí...se vio una imagen hermosa de Nueva York de noche.
Donatello se asomó de a pocos... Su rostro se iluminó al ver dicho paisaje nocturno... Sonrió suavemente, - Esto... Wow, es increíble...
— Si que lo es...aquí vengo en ocasiones para despejar mi mente. — Le confesó.
- Vaya... Me encanta. - susurró, sentándose en la orilla del edificio, sonriendo de medio lado. - Nunca había visto la ciudad de este ángulo, Raph.
— Bueno, puedes venir las veces que quieras. Es una belleza. — Sonrió levemente.
- Bueno, me serviría venir aquí para desestresarme también... Es hermoso. - sonrió suave. Volteó a ver a Raph. - Siéntate, no creo que nos vayamos en un rato. Quiero apreciar la vista. ~
Miró un poco hacia la ciudad y asintió. Tomó asiento al lado del de morado y vio hacia la gran ciudad que protegían de noche.
Se mantuvieron con calma por un largo rato, en silencio... Donatello disfrutaba del momento. - ¿Por qué querías que te acompañara hoy? - preguntó un poco confundido después de unos veinte minutos en silencio.
— Quería que tuvieras calma...sé que has estado no tan cómodo en casa... — Dijo aquel.
Se sorprendió por eso... Ese día Raph de verdad que estaba siendo muy indescifrable. - Oh... Bueno, es cierto. Creo que tú tampoco lo has estado...
— No realmente, he estado...pensativo. Bueno, es una manera de decirlo. — Alzó una ceja.
- ¿Pensativo? - le miró de reojo. - ¿Ha pasado algo?
— Oh nada, solo me confesaron que le gusto a alguien y mis hermanos han estado acusándome de lo mismo. — Dijo con sarcasmo.
Este le miró y sonrió levemente... Con nerviosismo. - L-Lo lamento... - rascó su nuca avergonzado.
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The Ideal Instinct
RomanceDonatello siempre ha tenido grandes atributos: Su inteligencia, su dedicación, su rol en el equipo. Pero uno, en especial, siempre ha tenido la protección de Raphael. Y eso lo ha notado, ¿será que algo despertó en el inteligente del grupo?