Un par de días pasaron... Las 4 tortugas trabajaban arduamente en aquella cosecha. Donatello estaba tan feliz al ver a todos juntos. Leonardo y Michelangelo aprovechaban su tiempo juntos en aquella granja. Recién habían hablado sobre su relación a Splinter, entonces eran libres de ser una pareja frente a él.
Mike se la pasaba de maravilla en una vez que vio la cabaña de sus hermanos. Se sentía muy feliz y entusiasmado. Incluso, hacía sus recetas de cocina para sus hermanos. Raphael también tuvo que hacer otras sillas para los demás, más a fuerzas que de ganas...
Estaban todos afuera, Donnie recogía unas mazorcas en su plantación junto a Raphael. - Raphie, cuidado botas sin querer las que ya recogimos. - le decía a su novio.
— No te preocupes, yo me encargo. — Dijo aquel con suavidad, era el único al que le sonreía. Bueno, a él y a Mikey más o menos.
Le sonrió a este, recogiendo más. - Pienso que si los preparamos para la cena será increíble, tal vez Mikey sepa alguna receta más. - decía al revisar si todavía quedaban más.
— De seguro que conoce una. Siempre ve esos programas de cocina. — Dijo aquel al llevarse la cosecha del día.
- Además, hoy yo no quiero tener nada que ver con la cocina. - dijo suave, mirando a lo lejos a sus hermanos. Leonardo iba junto a Mikey, llevando una bolsa con patatas.
— Descuida, toma un descanso de eso. — Dijo Raph a su pareja, se juntaba con él y lo llevó a la cabaña.
Donnie sonrió suave, miró a su padre sentado en el porche, meditando a su parecer. De verdad que... Lo había extrañado mucho, a su manera.
Raphael lo vio a una distancia, prefirió no decir nada. De todos modos, no quería preocupar o molestar a Donatello.
- Me alegra que seas paciente. - le dijo suave a Raphael mientras caminaban a casa un paso lento.
— Hago milagros para hacerlo. — Dijo Raphael a su pareja.
-Me alegra que... Lo hagas, especialmente porque sabes que me hace muy feliz. - le dijo suave y con cariño.
— Por eso es por lo que lo hago. No sé qué pasará de ahora en adelante, pero quiero pasarla bien, aunque sea sólo contigo. — Dijo Raph.
Sonrió este, abrazando a su pareja de lado. - Gracias, Raphie... - besó su mejilla con cariño.
Sonrió levemente y siguió caminando, pasando a un lado de su sensei y entrando a la casa.
Splinter le miró y suspiró profundo... Había veces en la vida... En la que las personas simplemente no podían llegar a perdonar...
Los dos propietarios de la casa pusieron su cosecha sobre la mesa para ver qué podían preparar ahora y qué guardarían para otra ocasión, de todos modos, no podían hacer mucho...iban a irse dentro de poco...
En eso, Leonardo y Michelangelo entraron, estos traían su parte que recolectaron.
- Mikey, pensaba que podías encargarte de la cena. - le dijo Donnie al verlo llegar.
— Don, sería un honor. Hay unas recetas que puedo mostrarles, las he perfeccionado en el paso del año. — Dijo Mikey con alegría, tomando ollas y especias.
Donatello suspiró profundo. - Bueno... Dije que no iba a cocinar, pero quiero aprender. - se acercó a la cocina con el de naranja.
— Es muy fácil, hermano. Ven, te muestro mis tips para cocinar. — Dijo con orgullo el menor, tomando la muñeca de Don al llevarlo a la cocina.
Raph sonrió leve, viendo a los dos irse con algo de felicidad.
Leonardo se quedó a solas con Raph... Se sintió un poco incómodo. Mirando a Raphael de reojo...
ESTÁS LEYENDO
The Ideal Instinct
RomansaDonatello siempre ha tenido grandes atributos: Su inteligencia, su dedicación, su rol en el equipo. Pero uno, en especial, siempre ha tenido la protección de Raphael. Y eso lo ha notado, ¿será que algo despertó en el inteligente del grupo?