La suave tempestad

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Mis nubes marrones están cansadas de llover. Cansada de ver mariposas con ganas de ser libres, de ver gente efímera y personas que no saben valorar lo que tienen.

La escritura es parte de mí y con ella puedo desahogarme y sentirme satisfecha con lo que hago.

Siempre, siempre he sabido reconocer mi gran lista de defectos, pues si alguien quiere formar parte de mi vida tendrá que convivir con ellos, ya que no los voy a cambiar.

Hay personas egoístas que solo se preocupan por sí mismas y ni tan si quiera se molestan en preguntar cómo está el prójimo, aún sabiendo la tempestad de su vida. Días de reflexiones donde abres los ojos y compruebas lo ciega que has estado.

Personas que se quedan solas en la oscuridad y que no se dan cuenta que hay otros que intentan llevarla a la luz. Cuando abren los ojos, es demasiado tarde y ya no se puede volver atrás.

¿Acaso la amistad consiste en ser egoísta? ¿Por qué tiene que ser efímera la amistad?

La amistad es apoyarse mutuamente, escuchar y ser escuchado, alegrarse por la otra persona y, sobretodo, querer a esa persona como si fuera tu familia. Lo más bonito de la amistad es poder contar con ellos cuando estés en momentos oscuros. 

A día de hoy he de decir que soy feliz con cada una de mis decisiones, aunque alguna de ellas sean dolorosas.

La amistad es muy bonita si sabes manejar bien el timón y si sabes dar con las personas adecuadas para que participen en ella.

Todavía me queda mucho por aprender.

EfímeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora