Miro mi pasado, observo mi presente y pienso en el futuro. Vivimos constantemente en tres tiempos establecidos, intentando no equivocarnos como el pasado y lo que seremos en un futuro.
Y aquí estoy, pensando en cada recuerdo vivido, cada emoción vivida, cada canción cantada, cada sonrisa con aquellas personas que merecen la pena. Cada lágrima derrochada por mis seres queridos, cada abrazo que le di a mi madre.
Pienso, pienso demasiado y eso me está volviendo loca.
Yo sola he vivido mis días de lluvias. Yo sola he aprendido muchas cosas que quiero depositar en la escritura, porque al fin y al cabo para eso me sirve escribir, para desahogarme. Escribiendo puedo depositar mis recuerdos y leerlos una y otra vez. Escribiendo se calma el mar de mi interior.
Escribir es el idioma de aquellas personas que no pueden pronunciar sus verdaderos sentimientos en voz alta.