La chica era alegre,
se dejaba llevar por el viento.
Un día conoció a la lluvia
y ella se convirtió en gota
de esa tempestad.
No quería abrir los ojos,
no quería ver la luz.
Pero siempre dicen
que después de la tormenta,
sale el sol.
Ella resplandeció
y no volvió a sentirse
fría como la lluvia.