Érase una vez una niña muy tímida y temerosa. Ella era pequeña, cualquier cosa que le dijesen ella se lo tomaba al pie de la letra.
Un día un señor le comió la cabeza con aspectos negativos de su aspecto y ella se lo creyó. Nadie podía comprenderla, nadie se sentía así. Dos veces por semana ese señor le hacía la vida imposible. Le decía que siguiendo así no conseguiría nada en la vida, que era como un cero a la izquierda. A pesar de ello, ella se seguía manteniendo en pie, creyendo todo aquello que decía.
Ella lloraba sin cesar a costa de ese hombre. Muchas personas hablaron con él, pero seguía comportándose así. Había veces que él le ponía motes para referirse a ella. Otras veces se burlaba de ella por todo lo que ella hiciese. Jamás le vitoreaba como hacía con otros adolescentes.
Tras mucho llorar por ese hombre, ella dijo "BASTA", aunque nunca se lo tomó al pie de la letra. Aunque ella pasaba de él, este seguía riéndose de ella, haciéndole la vida imposible.
Ella se esforzaba, intentaba hacerlo todo de la forma más correcta posible. Él, en cambio, siempre le ponía alguna pega sobre lo que hacía.
¿Sabéis quién era ella? Esa niña era yo.
¿La diferencia? Que he cambiado el cuento.