Angel By The Wings ➰ || Alec Lightwood [#3]

013. Oportunidad.

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➰Angel By The Wings/Capítulo Trece.

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          Katia se encontraba tocando la puerta del desván de Magnus, esperando a que alguien le abriese. Era de madrugada, sabía que Rick no dormía mucho y probablemente estuviese despierto, así que si alguien le abría la puerta, si es que lo hacía. Para su suerte, cuando ésta se abrió se encontró con los ojos azules de su hermano menor.

— ¿Qué haces aquí? —Inquirió el de cabellera rubia, frunciendo su ceño por confusión—. Mejor dicho, ¿qué haces afuera a estas horas? —Volvió a preguntar, abriendo más la puerta y haciéndose a un lado para que la teñida pudiese adentrarse al lugar.

—Quería hablar con ustedes —Respondió la ojiverde, encaminándose hacia la sala después de que la puerta fuese cerrada detrás de ella, siendo seguida por Marcus—. ¿Magnus está despierto también? —Indagó, recorriendo el lugar con la mirada.

—No deberías estar fuera tan tarde —El aludido apareció en el lugar con los brazos cruzados y una mirada reprobatoria dirigida a la chica—. ¿Tendré que hablar con Alec para que te vigile por la noche? —Inquirió, fingiendo estar molesto.

—No es necesario —Respondió Katia, negando con la cabeza—. ¿Dónde están Rick y Desmond? —Indagó, arqueando sus cejas con curiosidad al mismo tiempo que Magnus rodaba sus ojos—. Quiero hablar con ustedes cuatro, por eso vine —Se cruzó de brazos.

—Creí que no querrías hablar conmigo otra vez —Desmond se adentró al salón con una mirada inquisitiva. Katia se encogió de hombros.

—La verdad es que yo tampoco querría —La voz de Rick llamó la atención de todos.

Se encontraba sentado en el sofá con las piernas y brazos cruzados, esperando a que alguien notase su presencia y que Katia dijese lo que tenía que decir. Katia suspiró aliviada de no tener que irlos a buscar ella misma porque no repetiría lo que diría a continuación y si querían volver a escucharlo tendrían que grabar en ese momento.

—Bien, ahora déjenme hablar —Katia volvió a tomar la palabra, recibiendo la atención que había demandado—. El caso de los shadowhunters muertos se resolvió; Isabelle encontró a la asesina, la Seelie Kaelie, y tuvo que asesinarla antes de que dañara a Max —Informó, observando las expresiones impactadas de sus amigos subterráneos—. Pero no he venido sólo a informarles esto, sino a también pedirles disculpas —Ahora reinaba un aura de confusión por parte de los subterráneos—. Yo sabía que ustedes no serían capaces de hacer algo así y no debí presionarlos para que demostraran su inocencia. Yo confío en ustedes, y eso fue lo único que debió de importar.

—Katia, no estamos molestos contigo —Soltó Marcus, sorprendiendo a la castaña, quien no pudo evitar abrir sus ojos más de lo normal.

—Claro que nos sorprendió esa acción, pero lo entendemos —Ésta vez fue Magnus quien tomó la palabra—. Somos familia, Cariño, nos cuidamos entre nosotros —Le sonrió cálidamente y abrió sus brazos, esperando un abrazo por parte de la chica.

—Mags Mag... —Murmuró ella antes de lanzarse a los brazos del azabache, envolviéndolo en un fuerte abrazo, al cual se sumaron Marcus y Rick—. Vamos, Desmond, sé que también quieres hacerlo —Habló por encima del hombro de Bane.

Desmond, dudoso, se unió al abrazo. Luego de unos segundos, todos se separaron y no pasaron desapercibidas las miradas confusas que Marcus y Magnus le lanzaban a Katia por haber invitado a su hermano mayor al abrazo. Ella las ignoró y fijó su mirada en el mayor Campbell.