Angel By The Wings ➰ || Alec Lightwood [#3]

001. Un Nuevo Comienzo.

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➰Angel By The Wings/Capítulo Uno➰

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          Después de lo ocurrido en el Instituto con Valentine, Katia se había quedado con Luke un par de horas, cuidándolo, hasta que Clary le dijo que podía marcharse, que ella se quedaría en su lugar.

Katia aceptó después de negarse unas cuantas veces, para después dirigirse a la nueva habitación que Aldertree le había asignado, pues había aceptado que la chica regresase al Instituto, al igual que Jace.

La castaña se dio un largo baño y se vistió con ropa que Isabelle le había dejado, pues sus cosas seguían en su desván. Unos jeans negros de cintura alta y un top de color verde era lo que la castaña vestía de Isabelle, pues sus botines negros eran de ella.

Katia se recostó sobre la cama y cubrió su rostro con su brazo, intentando descansar un poco su mente. Un ligero golpeteo en la puerta llamó su atención, por lo que exhaló un largo suspiro, apartó su brazo de su rostro, se sentó sobre la cama y murmuró un "adelante".

La imagen de Jace abriendo la puerta de su habitación apareció ante sus ojos. El rubio se adentró a la habitación con la mirada fija en el suelo, su mandíbula tensa y sus manos inquietas. Katia frunció su ceño al verlo, sabía que algo no estaba bien. Sin pensarlo dos veces, le indicó que se sentara con ella.

— ¿Qué pasó? —Inquirió la ojiverde, observando cómo el rubio se sentaba junto a ella sobre la cama, sin siquiera dirigirle la mirada—. ¿Te encuentras bien? —Volvió a preguntar, buscando la mirada de su mejor amigo, hablando con un tono de voz lleno de preocupación.

—No —Respondió el ojiazul, alzando la mirada hasta los ojos verdosos de su mejor amiga. Katia separó sus labios al observar su rostro.

Los ojos azules del rubio se encontraban totalmente cristalizados, sus labios temblaban y lágrimas corrían por sus mejillas. Katia estiró sus brazos hacia él y lo envolvió en un fuerte abrazo. Las manos del rubio se deslizaron por la cintura de la chica, correspondiendo el abrazo y atrayéndola más a él. Necesitaba sentir su apoyo.

Katia nunca había visto a Jace llorar, por lo que no dudó en demostrarle su apoyo. Acarició su cabello con suavidad, mientras él escondía su rostro en el hueco de su cuello y dejaba que las lágrimas corriesen por sus mejillas. Katia escuchaba sus sollozos.

—Todo va a estar bien —La ojiverde habló en un susurro, sin dejar de acariciar el cabello de su mejor amigo. Después de unos largos minutos, Jace se separó de la chica y limpió sus mejillas mientras sorbía por la nariz—. ¿Me dirás qué ocurrió? —Inquirió la chica, hablando con cierto tono de voz maternal.

—Para comenzar —El ojiazul comenzó a hablar, bajando la mirada y escondiendo sus manos entre sus piernas—, activé la Espada-Alma y muchos subterráneos murieron —Sus labios temblaban—. Casi te mato —Susurró, alzando la mirada.

—No sé si lo has notado —Respondió la de ojos verdes, inclinándose un poco hacia atrás—, pero sigo con vida —Señaló su cuerpo con ambas manos mientras pronunciaba aquellas palabras, dibujó una pequeña sonrisa ladeada en su rostro, intentando que su mejor amigo imitase su acción, pero sólo rodó los ojos.

— ¿Cómo pudiste salir a tiempo? —Inquirió el de ojos azules, frunciendo su ceño con curiosidad y confusión. La mandíbula de la chica se tensó—. Cuando activé la Espada tú estabas allí.

—De hecho, me aplastaste después de activarla —Habló la ojiverde, alzando su dedo índice antes de hablar, inclinándose un poco hacia adelante—. Gracias por eso —Utilizó un tono de voz lleno de sarcasmo y arqueó las cejas.