"Hubo noches en las que tuve que abrazarme muy fuerte, días en los que me di ánimo, tardes en las que tuve que aconsejarme en lugares solos o frente al espejo, lagrimas que yo mismo me limpie. De todo esto aprendí que puede abandonarnos todo el mundo, pero mientras yo no me abandone, todo estará bien"
(A quien corresponda)
Gus Phunsawat creía que lo había visto todo, pero se equivocaba, el chico que tenía ante sí era su hijo Gun, ¿Cómo pudo pasar por alto su enorme parecido con él?, tenia incluso los mismos ojos, el mismo tono de pelo y piel, la diferencia radicaba en que él estaba esperando un bebé.
Al principio no tomó en cuanta cuando Dali le dijo que aceptara a Gun tal cual era, ahora lo comprendía, su hijo era una persona maravillosa, capaz de albergar vida, capaz de crear algo tan especial como él mismo.
Siempre pensó que terminaría su vida solo, ahora gracias a ella tenía un hijo y también un nieto, podía jurar que nadie, nunca más les haría daño.
- Lo lamento..., por no estar ahí cuando me necesitaste. Lo siento hijo. – Él no dijo nada, seguía mirándolo, incapaz de asimilar que ante si estaba su padre.
- ¿Puedes cuidarnos?, no te pido nada, solo llévame lejos de este lugar. – Dijo, y Gus entendió que se sentía tan solo como él estuvo durante años.
- Cuidaré de ti Gun, cuidaré de ambos, nunca más alguien te lastimara. – Él asintió y se dejó envolver en un abrazo, y aunque no correspondió para Gus fue suficiente el saber que lo había encontrado.
- ¿Puedes hacer como si nunca hubiese existido?, ¿puedes hacerme olvidar todo?
- Te prometo que algún día lo olvidarás, y si no es así, al menos te prometo que los haré pagar por esto.
Antes de abandonar la clínica Gun vio desde lejos por última vez el amado rostro de Off, quizás nunca debió aceptar casarse con él, pero es que simplemente lo amaba y su madre le había enseñado que cuando hay amor nada más importa, se equivocó, existían muchas cosas y la clase social era la más importante, la familia de Off nunca aceptó su origen, mucho menos que fuera un chico, hicieron de todo para separarlos, incluso ofrecerle dinero en más de una ocasión, pero él confiaba en el amor de su esposo, ese día ellos tenían evidencias de su encuentro con P'Man, también aquella cuenta extraña en el extranjero.
- Yo nunca lo traicionaría.
- Eres un muchachito tan inocente, pero no eres lo suficientemente bueno para mi hermano. Él necesita una esposa.
- ¿Están haciendo todo esto para que me vaya? – Dijo mirando las fotografías. – Quiero hablar con él. – La madre lo miraba con odio.
- No lo verás, Off no vendrá a casa, él me ha pedido que te saque de aquí. - Dijo ella.
- Él no lo haría.
- Si, ya le hemos enseñado esto.
- Eso es mentira. – Trató de defenderse.
- ¿Acaso no te reuniste con su amigo?
- Si, pero no para traicionar a mi esposo. P'Man me pidió ayuda.
- ¡Por favor!, ¡crees que nos importa!, ¡fuera de aquí!
- ¡No, hasta que vea a Phi!, ¡No me moveré!
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EL MALO DEL CUENTO
عاطفيةArgumento: El presidente Jumpol echó sin contemplaciones a su joven esposo después de descubrir que lo estaba traicionando. Gun volvió a buscarlo, pero un implacable Off por medio de su abogado le extendió un cuantioso cheque para que desapareciera...