CAPÍTULO CATORCE

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Lo esperé, juro que lo esperé.

Luché todo lo que pude contra mi mismo, pero tenía que dejarlo ir...

Después de todo, el parecía feliz sin mí.

(La chica del zapato roto)

Off Jumpol despertó de un mal sueño, según su madre, había tenido un accidente, eso dijo Phi Ozz también, todo estaba muy confuso en su mente, solo sabía que de pronto tenía treinta años y ya no iba a la universidad, incluso había vendido su amada motocicleta, algo muy ridículo, pero habían pasado diez años en un parpadeo.

- ¿Estás listo para recuperar tu vida? – Preguntó ella, solo un mes después del accidente.

- No sé, de pronto estoy algo perdido. ¿Qué hago aquí?, ¿sino estudio ni trabajo?

- ¿Bromeas Off?, quisiste quedarte luego de terminar la universidad, dijiste que querías vivir la vida, si tienes miedo, me quedaré contigo por una temporada, hasta que estés mejor.

- Si, creo que será lo mejor. – Ella se levantó de la cama dispuesta a salir del cuarto. - ¿Madre?

- Si Off.

- ¿Tay o Sigto?, ¿Dónde están ellos?

- En Tailandia hijo..., ustedes ya no eran tan amigos como antes. - Eso era lo más extraño de todo, ¿Cómo era que sus amigos habían desaparecido?, se suponía que eran inseparables, ¿cómo era que se habían olvidado de él?

En Estados Unidos se sentía solo, aún estaba en la clínica recuperando su movilidad y así sería al menos hasta que pudiera volver a caminar normalmente, su madre se fue solo unas semanas después y él no sabía que hacer, a su lado solo estaba Smith, se suponía que era su secretario o algo así, pero parecía más bien su niñera, no se le despegaba, día tras día, al final solo lo tenía a él.

Ella dijo que los últimos diez años, él había estado viviendo del dinero de la familia, no hacía nada, excepto ir de fiesta, viajar por el mundo y tener miles de novias, ¿Por qué no se sentía a gusto con eso?, era cierto que se fue a Estados Unidos para estudiar, pero después de eso quería volver a la hacienda y aplicar sus estudios, ¿Qué había pasado con su vida?, ¿Dónde quedaron todos sus sueños?

- Smith, ¿Qué pasa con el móvil que te pedí?

- Lo traerán pronto señor...

- ¡Estoy aburrido!, ¿por qué no me dan de alta aún?

- Lo siento señor, no pueden, son ordenes de la señora, no hasta que camine bien.

- Estoy harto, al menos podría dejarme ir a casa, estaría mejor ahí, ¿podemos ir a comprar algo?

- Si necesita algo yo puedo ir por eso.

- No Smith, no necesito nada, si tal vez, ¡un maldito teléfono!

Solo necesitaba una manera de conseguir salir de Estados Unidos e ir a Tailandia, estaba harto de aquella clínica, así que la única manera de hacerlo era contactando a un viejo amigo de la universidad, alguien capaz de duplicarle sus documentos, solo espero a que Smith se distrajera, algo tan simple como "¿Puedes ir por el doctor?, me duele la cabeza" y le rogó a una de las enfermeras por un móvil, milagrosamente Sam seguía manteniendo su número, así que fue fácil dar con él.

EL MALO DEL CUENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora