Rotos🖤

Secretos

DAMNARE

Los días pasaron y tenía que buscar la forma de no estar sola pese a que esa era mi zona de confort, que cuando lo estaba, comenzaba a agobiarme con esos sentimientos de culpabilidad e impotencia.

Ir a clases, tener tareas y esas cosas me ayudaban a despejarme un poco, incluso estaba pensando en entrar al equipo de Quidditch para tener el menos tiempo libre posible.

También me funciona el reunirme con Harry, Hermione y Ron en los baños cada noche para experimentar, o eso así lo llama Granger a la búsqueda de lo que me convierte en un arma.

Y el señorito malhumorado también ayudaba a distraerme, aunque pasemos la mayor parte del tiempo discutiendo o irritándonos el uno al otro, no puedo negar que es entretenido y tenemos una extraña amistad.

Mientras leía plácidamente en mi habitación—que por suerte no compartía con nadie—escuché que llamaban a la puerta y me levanté perezosamente.

—¿Qué haces aquí Malfoy? —fingí sorpresa cuando abrí la puerta y lo vi recargado en el marco con los brazos cruzados—No está permitido que los chicos entren al cuarto de las chicas.

—Me importa un carajo —espetó mientras entró sin permiso— ¿Ya tienes tiempo?

—Déjame pensar—elevé mis manos para que parecieran ser una balanza—Leer un buen libro o perder mi tiempo con Muecas Malfoy.

Elevé una más que otra para darle dramatización.

—Din-din-din, ¡Gana el buen libro! —sonreí falsamente y luego dejé de hacerlo—Ahora vete.

—Odio que me digas así—protestó haciendo otra mueca.

Sonreí y eso pareció irritarlo un poco.

—Solo vengo para...

—Si es para tratar de convencerme de que te enseñe a volverte invisible, olvídalo.

Me dejé caer sobre mi cama y Malfoy hizo lo mismo, quedando a mi lado. Entré en pánico cuando tomó el libro y recordé que leía algo subido de tono, y eso daría pie a burlar de su parte.

Así que se lo quité tan rápido como pude y por suerte no sospechó.

—No es eso, hay algo que quiero decirte, algo importante pero no aquí, tengo entrenamiento de Quidditch así que nos vemos a las 9pm en la torre de astronomía.

—Será a las 8pm —dije sin mirarlo.

—Dije que a las 9pm —replicó y por el tonito de su voz sabía que estaba a nada de empezar a pelear.

—Iré a las 8pm, sólo te esperaré 10 minutos y si no llegas me iré.

No dejaré que me dé órdenes.

Eso, hazte la dura.

¿Y tú eres?

Tu conciencia, mucho gusto.

¿Estoy quedando loca?

Probablemente sí.

Si te pido que te mantengas en silencio ¿Lo harás?

Probablemente no.

Entonces tendré que usar un hechizo...

Bien, me iré, pero que conste que sólo quería ayudar.

Adiós.

Ya encontraré a alguien más divertida, una que sea pelirroja de preferencia.

—Eres imposible Winchester —para mi sorpresa tomó mi mentón con suavidad acercando mi cara hacia la de él y me miró como si estuviera inspeccionando algo—¿En qué piensas?