Recuerdos

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Suspire y cogí otra flecha, apunte y solte. Mire y había dando en el centro, sonreí y bajé el arco.

-Tranquila. - escuche su voz a mis espaldas. - Eres la mejor con el arco. - hablo Yuki a mi lado.

Le miré y sonreí. Yuki me gustaba desde hace tiempo, pero el no lo sabía.

-Cuando apuntes. - dijo levantando mi mano la cual sujetaba el arco. -Concentrate. - cogió una flecha y la coloco. -Tranquilizate, y suelta la cuerda cuando estés segura.

Note una de sus manos sobre la que tenía sujetando la cuerda, y la otra en la que sujetaba el arco, apoyo su barbilla sobre mi hombro, note su respiración tranquila y mi relajo.

-Ya. -me susurró.

Solte la cuerda y dio de nuevo en el centro. Bajo sus manos y las puso sobre mi cintura y me pegó a el.

-Perfecto. - me dio un beso en la mejilla y volvió a apoyar su barbilla sobre mi hombro.
-Siempre os veo junto. - escuchamos la voz de ni hermamo acercándose.-Muy juntos. - dijo frunciendo el ceño.
-¿No me quieres como cuñado acaso? - pregunto Yuki rodeandome con el brazo.

Me sonroje y baje mi mirada para que ninguno lo notaran.

-No quiero a nadie de cuñado. - ambos se miraron y a continuación rieron. -Vamos anda, el jefe quiere hablar con nosotros.

Los tres entramos y nos dirigimos a la sala juntandonos con Óscar y Daiki. Nos sentamos y esperamos a que el jefe viniera.

Suspire, me hacía una idea de lo que iba a decir. Alguien había muerto. Últimamente en las pruebas siempre moría alguien, nadie sabía que estaba pasando, todos sospechábamos sobre alguien de fuera.

A los minutos entro, bastante serio. Se puso donde siempre y nos miro a todo, todo el mundo se calló y se hizo un silencio esperando a que el jefe hablara.

-Supongo que ya sabéis que a pasado. - todo el mundo asintió. - Es muy importante, si alguien a visto algo o sospecha, tiene que hablar urgentemente.
-Todo estará bien, pequeña. -me susurró Yuki.

Le miré y asenti. Nadie sabia nada y nadie sospechaba de nadie de aquí. Me sentía inútil al no poder saber que estaba pasando.

Cuando el jefe terminó de hablar, hubo gente que se fue y otra que se quedó hablando.

Me levanté y salí de allí, subi hasta mi habitación, cerré la puerta, me senté en la cama y las lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas, me dolía que hubiera gente que estuviera muriendo y yo no pudiera hacer nada.

Escuche la puerta abrirse, pero no le di importancia.

-Todo va a estar bien. - Yuki se acercó y puso su mano en mi mentón, haciendo que le mirara. -Te quiero, recuérda lo siempre.

Le miré y antes de poder hablar note sus labios sobre los míos, se separo y me miro. Me levanté y esta vez fui yo quien lo besó.

Cuando nos separamos me miro con tristeza, me acaricio la mejilla y se separo de mi.

-Espero que puedas perdonarme en algún momento.
-Yuki, ¿a que te refieres?
-Se que después me odiarás y me querrás matar.
-Preparate. - escuche la voz de mi hermano entrando en la habitación.-¿Otra vez juntos? Os tenéis que preparar para la prueba.

Ambos asentimos y Yuki se fue. Me cambié y miré que arma coger. Al final decidí coger la espada, sali y me reuní con mi hermano y el resto. Yuki al parecer vendría hoy con nosotros.

Mire a Yuki y su mirada parecía perdida, estaba más serio de lo normal y no hablaba.

-Yuki. - le llamé, el me miró y me acerqué a el. - ¿A que te refieras antes?
-Nada importante, solo que todo el mundo comete errores, me estaba anticipando. - su sonrisa era forzada, algo le pasaba.

Salimos y nos dirigimos a la prueba, hoy al parecer tocaba en un hospital, entramos e hicimos lo de siempre. Dos chicos entraron, ambos tenían un collar en el cuello.

-Prueba, llegar a la cima.

Suspiramos, al parecer en la parte superior había un botón el cual tenía que ser pulsado para finalizar el juego, solo que había dos hombres los cuales era algo así como los "cazadores"

La prueba comenzó y nos movimos, subí las escaleras mirando a todos lados, vi un cuerpo muerto tirado en el suelo, frunci en ceño y me acerqué con cuidado.

-Te toca. - al girarme vi a uno de los hombre con el collar.

No me daba tiempo a sacar la espada y simplemente cerré los ojos, pero lo que escuché fue un golpe en el suelo. Levante la mirada y vi a Yuki.

-Ven, confía en mí. -dijo extendiendo su mano. - Tengo un plan.

Cogi su mano y me ayudo a levantarme, me llevo hasta lo que parecía ser una de la habitaciones donde se quedaban los pacientes. Me cogió la espada y me gire para mirarlo.

-Espero que me puedes perdonar, allá donde estés.

Antes de poder preguntarle me hizo un corte con al espada en mi estómago, solte un grito de dolor y caí de rodillas, mis manos se posaron sobre la herida y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.

-Descansa en paz, reina. - salio y me dejo allí desangrandome.

La habitación comenzó a dar vueltas y mi mirada se fue nublando poco a poco, me dolía demasiado, había gritado para que alguien me escuchara y viniera a ayudarme, pero nadie había aparecido. Volvi a gritar antes de caer al suelo, mis ojos se cerraron y lo último que escuché fueron unas voces a mi lado.

La cabeza me dolía demasiado, me costó abrir mis ojos, mire al rededor y vi a mi hermano y a Óscar dormidos a mi lado, el jefe en cambio  estaba tumbado en un sofá, los tres tenían sangre en su ropa.

Me intenté incorporar, pero un dolor en mi vientre hizo que soltara un pequeño quejido.

-Has despertado. - escuche la voz de mi hermano.
-Menos mal. - Óscar me abrazo.
-Chicos, dejad la espacio. - hablo nuestro jefe.
-¿Que a pasado? - pregunte mirando a todos.
-Yuki, era quien estuvo matando a toda esa gente. - cuando escuché eso no me lo creía.
-Intento matarnos a Óscar y a mi. - mi hermano me mostró su tripa y tenía una herida.
-Fue mi culpa. - hable, todos me miraron. -Si me hubiese dado cuenta nada de esto hubiera pasado.
-Pequeña. - se acercó nuestro jefe a mi. -No es tu culpa, ¿quién iba a pensar que el haría algo así?
-No te culpes, nadie sabía que el era capaz de hacer algo así, se hacía pasar por una buena persona. - hablo mi hermano sentándose a mi lado.

Me intenté mover, pero el dolor no me lo permitió. Me quedé un par de días ahí hasta que ya me pude mover.

Subi a mi clase y entre, me senté en la cama y mire a mi al rededor, vi la bola de nieve sobre la mesa.

Un día dando un paseo entramos en una tienda, la vi y me gustó bastante, pero no la cogí, al día siguiente Yuki me despertó y me la dio como regalo ya que era mi cumpleaños.

Me levanté y me acerqué a la mesa en donde estaba la bola, la cogí y la lancé hacia una de las paredes, haciendo que se rompiera. Vi el papel que había al lado y era una nota de el, la cual finalizaba con un "te amo", cogí un mechero que tenía guardado, me acerque a la ventana y lo queme.

Si le vuelvo a ver pienso matarlo. Me daba igual que me hubiera intentado matar, pero intentar matar a mi hermano y a Óscar no lo iba a permitir.

Alice in borderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora