Cap. 10

978 83 3
                                        

Escuche unos ruidos en el piso de abajo, me levanté y salí, vi a bastantes personas correr en la misma dirección, parecían emocionados por algo.

Llegue a la sala principal y vi a nuestro jefe como siempre hablando, busque a mi hermano y le vi aparartado, me acerqué y me senté a su lado.

-¿Como te encuentras?
-Mejor, ¿y Óscar?
-Durmiendo, ya sabes como se pone si lo despiertan. - rei y seguimos hablando hasta que fuimos interrumpidos por una tercera voz.
-Anda que me despertais. - dijo acompañado de un bostezo.
-Si te despertamos te enfadas. -dijo mi hermano.
-Y si no también. - añadí yo.

Los dos nos reímos salvo Óscar, se sentó a nuestro lado y continuamos hablando.

-Chicos, hoy me toca jugar. - hablo el jefe haciendo que todo el mundo se callara. - Ivan, Óscar y Daiki, me acompañarán. Si ellos quieren por su puesto.
-Cuente conmigo. - se levanto Daiki y se acerco a el.
-Y con nosotros. - los dos se levantaron y se juntaron a ellos.

Cuando los cuatro salieron por la puerta les seguí hasta la oficina del jefe entre y todos me miraron, los cuatro sabían por que había ido.

-Lara, estas herida. - se adelantó a hablar el jefe.
-Necesito visados. - me defendí.
-Estas herida. - repitio él.
-Hermana, tienes días de sobra.
-Me da igual, estoy bien, apenas me rozó.
-Lara…
-Pienso ir. - me acerqué y miré a todos. - Sabéis que no vais a poder impedirlo. - los cuatro se miraron.
-Esta bien, enana. - dijo el jefe acompañado de una risa.

Tras hablar un rato, Iván, Óscar y Daiki subimos al piso en donde estaban nuestras clases, los cuatro nos paramos en una ventana que había en el pasillo y hablábamos sobre el juego de esta tarde.

-Contadme, ¿qué tal por allí? - nos pregunto Daiki.
-Bastante bien. - dije con una sonrisa.
-Sobre todo ella. - dijo Óscar guiñando un ojo.
-Idiota. - le di un golpe en el brazo.
-Cuenta.
-Es de lo paramilitares. - dijo mi hermano. - Fuimos a despertar la y el se estaba poniendo la camiseta.
-¿Y tu lado hermano protector?
-Hice lo que pude.

Todos reimos, y cada uno se fue a su habitación.

Niragi me vino a la mente de repente, no se por que, pero una sonrisa se dibujó en mi rostro.

-¿En que piensas? - me pregunto Óscar rodeandome con el brazo.
-En nada.
-Mejor dicho, ¿en quién piensas?
-En nadie.
-¿Chishiya o Niragi? - rode los ojos y le di un pequeño golpe.
-Idiota.
-Lo sabía, es uno de esos dos.
-No pienso en nada ni nadie.
-Puede que después de mucho alguien haya conseguido llamar tu atención. - le miré y estaba subiendo y bajando las cejas.

Rei a la vez que negaba con la cabeza, entre en mi clase y me asomé a la ventana, vi a algunas personas pasar, volví a dentro y cogi mi arco y las flechas. Fui al patio y practiqué un rato.

-Buena puntería. - mire hacia la valla que separaba el patio de la calle.
-Solo a pasado un día, ¿no podéis vivir sin mi o que? - dije acercando a esta.

Arisu, Usagi, Chishiya y Kuina estaban al otro lado.

-¿Que haceis por aquí? - pregunte cruzandome de brazos.
-Salimos a dar una vuelta. - respondio Kuina.
-Lara, ¿qué pasa? - escuche la voz de Daiki que mis espaldas. -¿Quienes son estos?
-Unos amigos. - respondi.
-¿Son de la playa esa? - le miré y simplemente asenti. -¿Es alguno de estos dos el chico? -dijo con una sonrisa.
-Idiota. - le di un pequeño golpe en el brazo.
-¿Que chico?- pregunto Arisu.

Estuvimos hablando con ellos un rato hasta que Daiki y yo tuvimos que volver a dentro.
Fuimos directos a la oficina del jefe y le encontramos sentado junto a Óscar y mi hermano.

Nos explicó unas cosas y después fuimos a la sala común, una vez allí comimos y nos fuimos. Yo me adelanté y entré en mi clase.

Paso la tarde, en la cual no había hecho nada, y me preparé, baje y espere a los cuatro en la puerta.

Mire mi al rededor y pude distinguir una sobra entre unos árboles, me iba a acercar un poco, pero la voz de mi hermano me detuvo.

-Hoy eres tu la que nos espera. - dijo este poniéndose a mi lado.
-Sois unos lentos. - respondi con una sonrisa.

Comenzamos a andar hasta llegar a la prueba, una vez nos registramos miramos a los jugadores de nuestro al rededor.

Me fije en cinco de ellos, los cuales tenían la pulsera de la playa.

-Tiempo de registro finalizado.
-Odio esa maldita voz. - mi mirada se dirigió a uno de esos chicos.
-No eres el unico. Encima el sombrerero tiene que jugar hoy. - al escuchar eso frunci el ceño y miré a nuestro jefe.
-Juego: escondite.
-Pilla pilla, búsqueda del tesoro y ahora esto. Todo son juegos de críos.- dijo Óscar cansado.
-Eran juegos de críos cuando estábamos en el mundo real, pero aquí dentro dejan de ser lo. - contesto mi hermano.
-Tendran 15 minutos para esconderse, tras ese tiempo tendrán que aguantar 1 hora. Dejen todas las armas en esta sala.
-Genial, tampoco podemos usarlas aquí. - rode los ojos y me acerqué a una esquina a dejarlas.
-Una máquina no me va a hacer que puedo hacer o no. - dijo un chico acercándose a la salida.

Al los pocos segundos de pisar fuera un rayo le atravesó. Nos miramos entre nosotros y rodamos los ojos.

El juego comenzó, no era nada del otro mundo, simplemente escapar y sobrevivir.

Los cuatro decidimos movernos juntos. Fuimos hacia el primer piso, comprobamos las puertas y todas estaban abierta.

-Tiempo para esconderse, finalizado. - se escucharon unos disparos.
-Tenemos que subir arriba rápido. - dijo Óscar y mi hermano al unísono mientras se acercaban a las escaleras.
-Quietos. - dije mirando hacia el hombre. -Esta subiendo, nos quedamos aquí.
-Nos podría ver.
-El sótano. - dijo nuestro jefe.
-¿Acaso hay sótano? - pregunto Óscar.
-Tenemos que tener cuidado.
-Entrad en el edificio. - dije moviéndome. -Se está asomando. 

Escuchamos un disparo y un grito. Todos nos movimos y seguimos discutiendo.

Tras una hora el juego finalizó y conseguimos sobrevivir, salimos de allí y nos quedamos esperando al jefe.

-Chicos, os quedáis al cargo hasta que vuelva. - hablo.
-¿A donde vas? - pregunto Daiki.
-Voy a asegurarme que todo esta bien. - dicho eso se fue.

Frunci el ceño, esto tenía que ver con su primo. Suspire y todos nos dirigimos al instituto. Entramos con las miradas de todo el mundo sobre nosotros, al ver que el jefe no estaba se les cambiaron las caras.

-El jefe está bien. - hable para que la gente se relajara.
-Esta noche no vendrá, nos ha dejado a nosotro. - añadió Daiki.

Todo el mundo se fue a descansar, subí a mi clase y me tumbé en la cama quedando dormida a los segundos.

La voz de mi hermano me despertó de golpe, bajamos y todo el mundo se preguntaba dónde estaba el jefe.

-Oscar, Lara y yo saldremos a buscarle. - hablo mi hermano.
-Y yo me quedaré al cargo, seguro que esta bien. - dijo Daiki, para calmar a la gente.

Subimos y cada uno se fue a coger sus cosas, cogí mis dos armas y salí reuniéndo me como siempre con Óscar e Ivan. Caminábamos por las calles vacías y no había nadie.

-Es hora de comer, será mejor que volvamos y cuando terminemos volvamos a buscarlo. - hablo Óscar.
-Estoy de acuerdo. - suspiro mi hermano.

Comenzamos a andar, escuchamos unos pasos, pero no le dimos importancia. Escuche unos ruido y al girarme vi a mi hermano y a Óscar tirado en el suelo, note un brazo rodeandome el cuello y haciendo presión, cada vez me costaba respirar más.
Todo empezó a dar vuelto hasta que mi ojos se cerraron.

Alice in borderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora