Cap. 13

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-¿De que habláis? - pregunte curiosa.
-Nada importante. - respondio Chishiya con una sonrisa.
-Tu mientras dejate arrastrar por tu hermano. - dijo Óscar restandole importancia.
-En el momento que me suelte, tu y yo vamos a hablar. - dije frunciendo el ceño.
-Eres una agresiva. -hablo Niragi.
-¿Y tu no?- alce una ceja.

Al fin llegamos a donde estaba nuestro jefe, al pasar le vimos hablando con Ann.

Se veían mucho más serios de lo normal, cosa que no me daba buena espina.

Cuando noto nuestra presencia, Ann se fue dejándonos solos con el. Le contamos lo que había pasado y el jefe no habló, simplemente nos miró intentando buscar alguna solución.

-Yo puedo quedarme por las noches con ella y asegurarme de que no la pase nada. -propuso Niragi.
-Sigue soñando. - hablo mi hermano.
-Ya dormí con ella, y algo más…
-Cierra la boca. - hablo Ivan.
-Puedo quedarme yo, entonces. -hablo Chishiya.
-No. - hablaron a la vez mi hermano y Niragi.
-Oscar e Ivan os quedaréis con ella.

Cuando salimos los cuatro se pusieron a hablar.

-¿Que esta pasando aquí? - pregunte llamando la atención de todos. -¿Ahora sois mejores amigos o algo?

Todos me miraron, después se miraron entre ellos y me volvieron a mirar para después reír.

-Hermanita, si estamos hablando es por que nos importas a todos.- dijo mi hermano con una sonrisa.
-Y no queremos que te pase nada.- añadio Óscar.
-Aparte tu eres mía. - hablo Niragi.
-Vuelve a decir eso y estás muerto. - amenazo mi hermano.

Me despedí de Óscar y de mi hermano y decidí ir a dar una vuelta.

Escuche unas voces hablando en una de las habitaciones. Me pegue un poco a la puerta y reconocí las voces al instante.

Chishiya y Arisu.

Segui escuchando, lo único de lo que me entere era de que querían robar las cartas.

Decidi ignorarlo y seguir andando, sali y mire la piscina, los paramilitares estaban hablando, como siempre. Me fije en Niragi, tenía una sonrisa en su rostro.

-Hola, Lara. - escuche la voz de Usagi a mis espaldas. - ¿Has visto a Arisu?

La mire y negué con la cabeza.

-Oye, te quería preguntar una cosa. - dijo mirando alrededor.
-Dime.
-¿De que es esa cicatriz? - dijo mirando mi estómago. -Si no quieres no hace falta que me lo cuentes.
-Tranquila. - sonrei. -Vamos a otro lado y te cuento.
-Voy con vosotras. - mire y vi a Kuina a mi lado.

Nos alejamos y fuimos a un sitio tranquilo.

Las comencé a contar todo lo que había pasado, ambas me miraban con el ceño fruncido.

-¿Y no lo matasteis la otra noche? - pregunto Usagi, la mire y negué.
-No nos podíamos arriesgar. El chico con el que fue era rápido y tenía buena puntería, aparte no sabíamos si están solos o en algún sitio.

Escuchamos unos pasos detrás nuestra, todas nos giramos y pudimos ver a Arisu junto a Chishiya.

Kuina y Chishiya se miraron, y él asintió levemente.

Me alejé de ellos y subi a mi habitación.

Algo estaba pasando, y no tenía la más mínima idea de que era.

Paso el día y después de comer subimos a mi habitación. Nos sentamos y estuvimos hablando hasta que nuestro jefe nos interrumpió.

-Chicos, mañana volvemos. -hablo acercándose. - Estaréis más seguros en el instituto.
-Jefe, ¿que está pasado? - pregunto mi hermano.
-Solo quiero que sepáis que sois muy importantes para mi, y que pase lo que pase, siempre estaré a vuestro lado. -dicho eso se fue.

Eso no había sonado como si nos fuese a abandonar o a dejar tirados, parecía que sabía que le iba a pasar algo.

Cayo la noche y nos fuimos a dormir. Me tumbé en la cama y mire a Óscar y a Ivan, los cuales ya se habían dormido, suspire y cerre los ojos quedándome dormida a los segundos.

-Lara. - escuche el grito de hermano.

Me levanté y vi a Óscar y a el los cuales intentaban defenderse de unos hombre, me levanté e intenté coger la espada, pero una mano me cogió y me tiró.

-¿Que quieres? - dije sujetando mi muñeca la cual me había torcido.
-Es muy feo romper los regalos que te hacen.  - hablo el.
-Lara vete. -escuche la voz de mi hermano.

Cuando le mire el estaba tirado en el suelo con los ojos cerrados.

-Tranquila, no están muertos. -hablo Yuki.

Se acercó a mi y yo me intenté defender cosa que no logre y él, ahora, me tenía acorralada contra la pared.

-Eres un psicópata.
-Lo sé. - dijo con una sonrisa arrogante. -No matéis a ningún de ellos dos. Lo siento pequeña. - puso su brazo en mi cuello y empezó a hacer fuerza dejándome sin respiración.

Me comencé a marear, escuche su risa y después todo se volvió negro.

Mis ojos se abrieron, miré a mi alrededor, lo único que veía era un campo con flores, enfrente mía la figura de un hombre alto dándome la espalda, vestia con una camisa blanca y unos vaqueros negros. 

-¿Donde estoy? - pregunte en un susurro.
-Hija, has vuelto. - el hombre se giró dejándome ver a mi padre.
-Papa. - me levanté y le abracé. - Te he echado de menos. - solloce.
-Y yo a ti hija.

Solo había silencia, hasta que un disparo se escuchó.

Me separé de mi padre y mire al rededor.

¿Yuki?

Mire a mi padre, la sangre mancho su camisa blanca, me sonrió y después calló al suelo.

-Papa. - me arodille a su lado.

Las lágrimas comenzaron a resbalar por mi mejilla.

A su lado callo el cuerpo muerto de mi hermano.

Comencé a sentir una presión insoportable en mi pecho, el aire me faltaba y comencé a ahogarme hasta que caí al lado de mi padre y mis ojos se cerraron. Todo negro de nuevo.

Alice in borderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora