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9 meses después...
Me levanté como lo hacía estos últimos nueve meses en la madrugada, me senté en el siento cerca de la isla de la cocina, tomé mi teléfono que se encontraba a mi lado, revisando los mensajes de aquella persona que nunca volvieron a llegar ni a salir, seguía con la esperanza de una llamada de su parte, tan solo escuchar su voz.
— ¿Qué haces aquí, no puedes dormir otra vez? — Rápidamente salí del chat, intentando olvidar todo, no quería lastimar a Hyun Woo después de haberle dado otra oportunidad, tal vez no estaba siendo del todo sincera con él.
Negué ante su pregunta y aquel se acercó hacia mí tomando mi mano y saliendo rumbo a la habitación, esta noche le dije que se quedara conmigo, no lo había hecho hasta ahora, no quería faltarle el respeto a Jungkook aunque ya no estuviera aquí, pero por más que lo intentara no podía aguantar el silencio de la casa vacía.
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— En serio no puedo creer que mi tía este a punto de casarse, han sido tantos años, no pense que ella tuviera algún admirador, no sé porque me lo ocultó por tanto tiempo pero... ¡Auch! Cuidado con la aguja Suni. — Me quejé con la que intentaba arreglar mi vestido con aquella pequeña arma.
— Lo siento.. Como que has engordado un poco ¿No crees...? — Paró un acto con mucha rapidez y a través del espejo me miraba sorprendida. — ¿Estás embaraza?
— Obvio no, Hyun Woo y yo no hemos llegado a ese punto de intimidad, pero gracias por tu modesta forma de decirme gorda. — Mi tono sarcástico la hizo frunció el seño. — ¿Terminaste? Porque tenemos que ir a ayudarla.
— Sí, ya terminé, pero la proxima vez no te ayudo en nada, te quejas por todo.
Salimos del camerino en el que nos encontrabamos dirigiendonos al de la novia, al llegar nos encontramos a Youngsoo con la secadora tirando aire hacia su rostro, se notaba preocupada, observé a su estilista que solo alzó los hombros como diciendo que tampoco entendía que quería lograr.
— ¡Por fin llegan! — Exclamó con alegría soltando la secadora sin importarle lo que le pasara.— Dios mío, me sudan las axilas, parezco una catarata. — Puso unas toallas debajo de sus brazos con un temblor involuntario en su cuerpo. —
