¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Noona ¿Qué está haciendo? — Cuestionó el menor con aquella parte curiosa normal en aquel, vi que en sus manos llevaba a su pequeño amigo mientras lo acariciaba, sonreí al ver aquello, y Jungkook regaló una expresión que no supe descifrar en aquel momento, se veía ido en otro mundo.
— Un apartamento. — Comenté esperando a ver cuál sería su reacción. Carraspeó como si su voz se hubiera ido en aquel momento y me observó fijamente quemandome con su mirada.
— ¿U-un...Apartamento?. ¿P-para qué?.
— Para vivir. — Abrió sus ojos como platos y luego me regaló una mirada triste. — ¿Qué pasa Jungkookie?. — Cuestioné burlonamente mientras observaba su ceño fruncido, con un pequeño puchero que se formaba en sus labios.
— ¿Se va a ir?. — Sus ojos me examinaban atentamente con ese brillo que conservaba un aire inocente que siempre acompañaba su mirada, impresionandome por lo bello de sus ojos, podía ser menos expresiva que él pero no podía negar que tiene unos ojos muy bellos, aunque nunca se lo diría en voz alta.
— Sí. — Confesé y él se acercó al borde de mi cama y se sentó allí, miraba fijamente hacia el suelo, mientras sus brazos yacían ocupados. — ¿Ya le pusiste nom..
— No se vaya, por favor. — Me suplicó suavemente. Me acerqué a él sentándome a su lado y lo observé dejando a aquella bola de ternura en la cama, para que tuviera la libertad de explorar por aquella zona aunque aquel no opto por moverse ni un centímetro de allí, decidio acomodarse para seguir con su siesta. — No quiero...
— ¿Qué no quieres, Jungkook?
— Que me deje... — Confesó sinceramente.
— No te dejaré, puedo venir a visitarte. — Propuse mirando su triste expresión, me agarró de sorpresa cuando me abrazo de repente escondiendo su cabeza entre el espacio de mi cuello. — Creo que tienes un caso severo de Yoonhye agudo. — Me burlé acariciando su cabello inconscientemente, al darme cuenta seguí haciéndolo, solo estábamos los dos solos, no importaba.
— No será lo mismo, yo la quiero conmigo. — Alejé mis manos de su cabello.
— Es broma Jeon. — Se separó de mi para mirarme confundido. — Que si me iré pero contigo. — Fingí decir aquella parte con un tono falso de molestia en mi voz.
— ¿Conmigo?. — Asentí.
— Sí, yo le comenté a mi tía sobre irme a vivir sola por lo de independizarme y que me quedaría más cerca de la universidad. Luego ella me propuso el que vinieras a vivir conmigo ya que sabía que te daría depresión al no estar a mi lado, además para ella sería más fácil tal vez comprar un apartamento pequeño para vivir ella, lo pensé por unos días hasta que accedí.
— ¿Vamos a vivir juntos? ¿Usted y yo? ¿Juntos? — La emoción se le notaba en cada poro de su piel y en cada palabra que salía de su boca. En un acto rápido ya tenía sus labios sobre los míos, le di un golpe en su brazo y lo miré mal mientras él tocaba la parte que le dolía, como si eso fuera a pasar el dolor.
— Jeon Jungkook. — Le dije en tono de reproche algo molesta por su actitud y su repentino acto. — No vuelvas a hacer eso, no soy tu novia para que me beses cuando se te dé la gana. — Me puse de pie rápidamente mirándolo con los brazos cruzados.
— Lo siento. — Murmuró bajito mirando mis labios, se levantó para ponerse en frente de mi, me intimidó cuando comenzo acercarce, retrocedí un poco cuando me tomó de la cintura para acercarme a su cuerpo y rodear de aquella parte con sus brazos, lo notaba más fuerte de lo normal.
— Eres un tonto.
— Olvidemos aquello ¿Sí?. — Me tomó de los hombros y me apretó las mejillas con sus dedos.
Lo hice soltarme rápidamente mientras me quejaba. — No olvides que sigo siendo mayor que tú. — Comenté y él rió silenciosamente.— ¿Cómo piensas llamarle a este bebé? — Me acosté de lado mirando a aquella pequeña bola de pelos.
— Ummm No lo sé...¿Kookie? Fue lo primero que se me ocurrió. — Dijo desordenando su cabello.
— Sí, Kookie está bien, suena lindo. — Confesé mirando a "Kookie".
— Lindo como yo. — Lo ignoré y seguí jugando con aquel pequeño conejo que mordía uno de mis dedos como si fuera una zanahoria. Bufé cuando aquel me ignoró y se alejó de mi para ir a esconderse entre medio de las almohadas.— Míreme a mí, yo le entrego todo mi amor y atención.
— Entonces ven acá. —Él me miró incrédulo mientras veía mis brazos extendidos. Sin pensarlo más corrió a mis brazos como un niño pequeño.
— Estuve esperando esto desde hace quince años. — Comentó emocionado y yo le di pequeñas palmadas en su espalda sintiendo como respiraba tranquilamente cerca de mi cuello. — Espero que esto no sea un sueño.
— En unos días nos mudaremos. —Le informé mientras él me abrazaba.
— ¿En serio vamos a vivir juntos? — Chilló de la emoción mientras yo solo sentía que mis parpados comenzaban a cerrarse, sus manos daban movimientos lentos y pausados en mi espalda, sus dedos se colaron por debajo de mi blusa tocando mi espalda desnuda, aquellos se sentían helados haciendo que por mi cuerpo corriera electricidad.
— No te aproveches, niño. — Susurré antes de que mi cuerpo y mis ojos no pudieran más.
