Capítulo 46

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Como es la puerta que más cerca está, te otorga más posibilidades de escapar, así que rápidamente corres hacia aquella puerta, la abres con facilidad, pues no está trancada, y te introduces en esa habitación, donde para tu sorpresa puedes encontrar...

¡Dios mío! 

Ataúdes por doquier.

Tal vez cien.

Tal vez un poco más.

Estás en shock, no sabes cómo reaccionar. Ni siquiera puedes moverte.

—Oh, querida... —Se lamenta el señor atrás de ti.

—Así que lo has visto ya. —Comenta la señora.

—¡Danger, danger! —Gritan los niños.

—No nos tengas miedo. —Pide la joven muy tranquilamente.

—¿Dónde vas? —Cuestiona la señora.

Sin embargo no quieres escuchar nada de eso. No quieres escucharlos. No quieres verlos, así que sólo corres atravesando esa habitación tétrica hasta el fondo, donde hay una escalera que da a un lugar desconocido.

No sabes hacia dónde estás yendo, sólo sabes que te alejarás de toda esa locura. 

O eso es lo que piensas.

Eso es lo que quieres.

Aún así, por mucho que lo quieres, al final de las escaleras sólo te encuentras a ti misma volviendo al mismo lugar.

Estás en la sala, del otro lado de la puerta en la que habías entrado en un principio, con la única diferencia de que todos están allí, alrededor de aquél reloj.

Opción A) Escuchas lo que tienen que decir.

Opción B) Corres hacia la salida.

Opción C) Te rindes.

Si tu elección fue la opción A, ve al capítulo 41.

Si tu elección fue la opción B, ve al capítulo 24.

Si tu elección fue la opción C, ve al capítulo 35.

Bad end night [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora