Capítulo 76

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Llega finalmente el día del cumpleaños de su sobrina, así que sólo por ese día decides olvidar todo lo que está pasando para poder disfrutar plenamente de la celebración con tu familia.

Por suerte dejó de nevar, por lo que inclusive, aún con un poco de complicaciones, podía hacerse la fiesta al aire libre. Todo parece ir bien hasta el momento. 

Luego de despedirte de Flitcher, sabiendo que te tardarás unas cuantas horas lejos de casa, te marchas primero a una tienda de regalos para ver qué puedes regalarle.

Cuando estacionas en el lugar y entras, te diriges al pasillo de niños y pones a funcionar todas tus neuronas para pensar bien qué es lo mejor que puedes regalarle según los costos.

Sacas del bolsillo de tu campera tu billetera y cuentas el dinero; hay 4.927 dólares, y tienes que dejar 300 libre por cualquier cosa que haga falta comprar o cualquier eventualidad que se presente.

Tienes más o menos 4.627 dólares disponibles.

Te tomas tu tiempo, ya que por esa misma razón saliste temprano, para someter a evaluación uno por uno los juguetes, accesorios y demás con los que te vas cruzando.

Tiene que ser algo que dure, algo que se pueda usar muchas veces sin que se rompa. Algo de calidad.

Definitivamente no vas a comprarle un set de maquillaje para niñas. Eso una vez que se gaste no volverá a tener uso. 

Un castillo de princesas, con música y luces, con decoraciones a escala en su interior. Es una posibilidad.

Una muñeca bebé con el famoso "biberón mágico". Tiene doce años, el biberón ya pasó de moda.

Un set de princesas en tamaño mini. Seis princesas.

Volteas hacia donde está el castillo y lo consideras un momento. Podría ser un perfecto regalo en conjunto.

Revisas el precio de ambas cosas, que sumadas da un total de 1503 dólares.

—Perfecto. —Murmuras. Tomas el set de princesas con la intención de luego de revisar toda la tienda volver por el castillo.

Entonces, en el camino, encuentras un juego de cocina a escala, con horno y ciertos utensilios de cocina, además de algunos "alimentos".

No puedes evitar sonreír al recordar cómo se ponía a cocinar contigo cuando era más pequeña. Claro que participaba en modo de juego, porque con cinco años, si se involucraba con la cocina, habían mínimas posibilidades de que resultara bien.

1337 dólares.

Lo tomas.

Luego vas directamente a la parte de accesorios. 

Un perfume de lilas que huele muy bien.

Unos broches y ligas para el pelo a juego.

Por último, unas caravanas, pues ya se había perforado las orejas.

Al final todo te da 3981 dólares.

Los cálculos resultan bien.

Pides en el mostrador que te los envuelvan para regalo, y una vez listos, entras a tu coche y te diriges directamente a la casa de tu hermana donde, cuando llegas, la fiesta ya está apenas comenzando.

Cuando tu sobrina Emily ve tu auto aparcarse frente a la casa de su madre, muy ilusionada y feliz corre a recibirte, y cuando por fin te bajas, ella literalmente se lanza a tus brazos.

Pesa bastante más que la última vez que la habías cargado, sin embargo, para no cortar su felicidad, reúnes todas tus fuerzas para mantenerla en tus brazos.

—¡¡¡Tía, tía, tía, tía!!! —Grita felizmente— ¿Qué me trajiste? 

—Espera... ¿Hoy era tu cumpleaños? —Finges sorpresa y la sonrisa de tu sobrina se borra— Tu mamá sólo me dijo que viniera, no me dijo que era tu cumpleaños... —Actúas tristemente.

—¿Entonces no me trajiste nada? —Pregunta desilusionada. 

—Cómo lo siento, cariño...

Ella, muy triste y decepcionada se baja de tus brazos y se da media vuelta para irse, y en eso, tú vas rápidamente a tu auto para coger todos los obsequios que esperaban pacientemente dentro.

—¿¡Pero qué es esto!? Exclamas sorprendida exagerando el tono para que Emily escuche, y, tal como lo hace, voltee.

Cuando ve todos aquellos regalos que habitan sobre tus brazos, enseguida su rostro se ilumina nuevamente de alegría y euforia y corre hacia ti.

—Feliz cumpleaños, cariño —Te agachas un poco para darle con cuidado los regalos, los cuales ella toma—. No corras con ellos.

—¡¡Gracias, tía, eres la mejor!! —Grita feliz mientras se aleja para mostrarle sus obsequios a su madre, quien se encuentra sentada frente a una gran mesa rectangular con otras tantas personas.

Luego de haberle mostrado los obsequios a su madre, Emily se va con su grupo de amigos para abrir sus regalos con ellos.

Después de ver aquello, con ternura, vas hacia donde está tu hermana y la saludas.

—Siempre entra en un estado incontrolable de ansiedad cada vez que sabe que vendrás a visitarla. —Comenta tiernamente Adelaida.

—Creo que esa reacción está estrechamente vinculada con mi billetera. —Respondes tú en un tono de gracia.

—No digas eso —Te reprocha negando aquello—. ¿Cómo has estado?

—Bien. —Te encoges de hombros con una sonrisa sutil, lo cual, no convence mucho a tu hermana.

En realidad, no la convence en lo absoluto.

—¿Pasó algo? —Indaga ella.

—¿Por? —Preguntas enseguida.

—¿Qué pasa? —Siempre que pasa algo, cuando te lo pregunto, acabas respondiendo lo mismo. Es un mal hábito que tienes.

Opción A) Decides contarle a tu hermana sobre las cartas.

Opción B) Decides contarle que se te "presentó" una oportunidad

Opción C) Decides evadir el tema mintiendo.

Si tu elección fue la opción A, ve al capítulo 60.

Si tu elección fue la opción B, ve al capítulo 93.

Si tu elección fue la opción C, ve al capítulo 89.

Bad end night [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora