Capítulo 44

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—Es que... —Te pones a considerar un momento la idea de contarle lo que te está sucediendo, pero al final, luego de pensarlo bien, acabas tomando una decisión. Tomas una gran bocanada de aire y lo lanzas— ¿Viste que yo trabajo los lunes? Bueno, para venir hoy tuve básicamente que chuparle las medias al jefe, aunque en realidad tampoco resultó muy feliz que digamos, entonces tengo el mal presentimiento que me va a hacer la vida imposible cuando regrese mañana. En realidad, de ser posible, desearía que el día de mañana no llegase. —Comentas con una sonrisa fingiendo preocupación por aquél tema, cuando en realidad poco te importa.

Y lo haces tan bien, que hasta te sorprende lo bueno que eres actuando.

—Ese tipo es de las peores cosas que le puede pasar a uno en la vida, y tú tuviste la mala suerte de cruzarte en su camino.

Ese comentario realmente te hizo soltar una genuina carcajada.

—Sí, estoy de acuerdo contigo. —Asientes dándole la razón concluyendo la conversación al ver cómo Emily corre emocionada hacia ti con el castillo resguardado en sus pequeños y delgados brazos. —¿Te gustó? —Preguntas sonriendo con ternura.

—¡¡¡Sí!!! —Responde— ¡¡Gracias, gracias, gracias!! —Se abalanza a tus brazos y, luego de abrazarla, ella vuelve corriendo con su grupo de amigos.

—Me alegra que hayas podido venir. —Declara Adelaida.

—A mí igual. —Confirmas sonriendo.

—¿Quieres dejar esas cosas adentro? —Te ofrece refiriéndote a tu abrigo.

—Sí, está bien. —Accedes y das unos pasos hacia la puerta principal cuando la voz de tu hermana te detiene.

—Sin embargo —Dice para que te detengas. Lo haces y ladeas la cabeza para observarla. Ella estaba viendo jugar a su pequeña Emily—. No creas que me tomo el cuento de que eso es todo lo que te pasa, así que espero que me lo cuentes antes de que sea muy tarde y tengas que lidiar las consecuencias tú mismo. Somos hermanos después de todo. —Finaliza.

Luego de unos segundos acabas por entrar a la casa.

Al entrar ves que está toda la sala decorada con globos, guirnaldas, luces, muñecos y todas esas cosas. Además, en medio de la sala, hay una gran mesa rectangular en donde estaba servida la torta que más adelante se iba a servir. A su alrededor, había una elegante presentación de, a mano izquierda, todo tipo de golosinas; caramelos, moras de dulce, malvaviscos, brochets de varios dulces, gomitas, incluso palitos de dulce navideños.

A la derecha, alfajores, masitas, cupcakes, donas, manzanas acarameladas, sándwiches, papitas, manís, etc.

Ladeas la cabeza hacia la puerta principal para asegurarte que nadie te vea, te acercas sigilosamente a la mesa, tomas un cupcake y una brochet de dulces.

Luego de equiparte, te diriges hacia la habitación de Adelaida, la cual ya tenía otros abrigos y mochilas, así que sin más, te metes a dicho cuarto y lo dejas junto al resto.

Al salir nuevamente, te dispones a disfrutar por ese día, dejando a un lado los problemas y preocupaciones.

Sólo por ese día.

***

Viernes.

Vas directo al buzón porque sabes que allí te espera una nueva carta. La misma carta. Y allí estaba.

Luego de tenerla en tus manos, te apoyas contra el buzón y la quedas mirando un momento.

Estás viendo las posibles jugadas que puedes hacer a continuación.

Sólo habían dos opciones, y eran tan claras que asustaban.

Opción A) Ceder finalmente a ir.

Opción B) Romper la carta como una negación rotunda a ir.

Si tu elección fue la opción A, ve al capítulo 31.

Si tu elección fue la opción B, ve al capítulo 54.

Bad end night [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora