одиннадцать

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Un día helado era presente en aquella ciudad, y la ventisca traviesa atravesaba la ventana de aquella habitación ocasionando pequeños escalofríos en el pálido chico, quien yacía tranquilamente dormido en la cómoda cama, abrazando una almohada.

¿Quien diría que la paz en esa tranquila habitación sería irrumpida por cierta mujer de castaños y rizados cabellos que miraba al pálido cómo si fuera una molesta piedra en su tacón?

—Hey, niño, despierta. —exigió jalando las acogedoras mantas que cubrían a Yoongi, haciéndolo soltar una queja.

—¿Señora Kim? —confuso, miró a la mayor mientras tallaba sus ojos, buscando espantar su sueño. —¿Que se le ofrece tan temprano? —preguntó levantándose.

—¿Temprano? —lo miró incrédula. —Niño, son las doce de la tarde, ¿eso es temprano para ti? —se cruzó de brazos, mirándolo con una mueca en su hermoso rostro.

—Bueno...

—No importa. —interrumpió acercándose a el clóset de la habitación y abriendolo. —Por ahora tienes que ir a la empresa, Taehyung ya esta allá, y tú, —dijo apuntándolo con su delgado dedo. —como buena pareja y futuro esposo, tienes que estar a su lado durante su tiempo de evaluación. —informó mientras movía la ropa buscando algún atuendo presentable para Yoongi.

Y desde ese instante Yoongi se arrepintió de haber aceptado la propuesta de Taehyung.

((🎐)) 誤り

—Oh, Hyung, ¿Que hace aquí? —preguntó con sorpresa Taehyung mientras miraba al chico de cabello pelirrojo acercarse a su escritorio.

Yoongi con su rostro malhumorado levantó a Taehyung de la silla con un movimiento de mano y se sentó con un puchero adornando sus finos labios, haciéndo que Taehyung le sonriera tiernamente.

—Hey, tortolitos. —habló una voz llamando la atención de la pareja, los cuales miraron a la puerta de la pequeña oficina que le había designado Seokjin a Taehyung.

Parado en el marco de la puerta se encontraba un hombre alto de piel levemente bronceada y labios gruesos que los miraba con una sonrisa burlona.

—Buenas tardes, ¿qué se le ofrece? —preguntó Taehyung cortésmente, muy por lo contrarío, Yoongi lo miró de reojo y posó su mirada en el suelo, como si hubiera algo mucho más interesante allí.

—Buenas tardes, —saludó con una radiante sonrisa. —Mi nombre es Han Namjoon, y el señor Kim me mandó a evaluarte. —informó adentrándose más en la oficina, quedando frente al escritorio del rubio, extendiéndole un par de papeles. —Necesito que revises esto, veas cuáles propuestas son mejores y cuáles deberíamos rechazar de inmediato, más un informe del porque, todo antes del veinticinco, porque ese día será la evaluación general de la empresa. —explicó mientras Taehyung leía todo con suma atención mientras hacía una pequeña nota mental de la información que le era otorgada por su superior frente a él. —Es todo, si tienes alguna duda puedes llamarme, —le extendió una pequeña tarjeta. —también la sala de descanso se encuentra en el penúltimo piso, es una puerta de color azul, por si se les ofrece almorzar o algo. Tengan un buen día.—dió por finalizado su presencia allí y se despidió cortésmente con una sonrisa, saliendo de aquella oficina.

Yoongi no le había caído nada mal la mención sobre la sala de descanso, y con una ancha sonrisa miró a Taehyung, quien estaba concentrado en aquellos papeles.

—Hey, bebé oso. —le llamó haciéndo que Taehyung lo mirará con una ceja alzada. —¿Que te parece ir a la sala de descanso? El bebé tiene hambre. —dijo con un puchero.

—¿Qué bebé? —preguntó confundido, Yoongi se levantó con un puchero y lo abrazó por los hombros.

—Yo. —soltó una carcajada al ver el rostro serio del menor.

—Si tienes hambre entonces ve tú solo, yo tengo mucho que hacer. —lo apartó suavemente volviendo su atención a su trabajo.

—Bebé oso malo. —murmuró antes de salir de allí con un puchero.

Novios Falsos | ᵗᵃᵉᵍⁱ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora