Один

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No consideraba su vida miserable, a pesar de la ausencia de sus padres. Con que su adorada abuela este a su lado, él lo tenía todo.

Además, su trabajo era divertido, bueno, dejando de lado que lo explotan a más no poder, tener que soportar a clientes que se ponen hasta el culo de borrachos y estar limpiando constantes desperdicios y sustancias de dudosa procedencia de los baños del bar.

Sí, su vida estaba bien.

—Yoongi, Yoongi, Yoongi, Yoongi, Yoongi... —llamaba Taehyung a su pálido compañero de barra que se encontraba atontado viendo a cierto mesero. —Juro que si no dejas de babear te usaré de trapeador. —amenazó logrando que el mayor lo voltee a ver con una mueca en sus finos labios.

—Me pones un puto dedo encima y te lo arranco con los dientes. —gruñó Yoongi acercándose al estante de botellas para servirle una copa a su primer cliente de la noche.

—¿Qué harás con mi dedo? ¿Metértelo en el culo mientras piensas en Jimin? —se burló, el jóven que se encontraba ajeno a la discusión soltó una carcajada al oír lo dicho por el barman rubio; sin embargo su sonrisa duro poco, pues recibió una mirada asesina del barman pelirrojo, se hizo el que no escucho nada y se dispuso a tomar de su vodka.

—Antes que nada, Taehyung —habló mientras limpiaba una copa. —Si quisiera meterme algo por el culo, la última cosa que querría es tu asqueroso dedo.

—Así que antes prefieres mi polla.

Yoongi se ahogó con su propia saliva y con un gran sonrojo golpeó a Taehyung varias veces en la cabeza con un muddler.

—¡Claro que no quiero tu polla! La única polla dejaría meter en mi culo es la de... —no logró terminar su oración, pues a la barra se acercó Park Jimin, el mesero que traía el mundo de Yoongi al revés.

—¿Qué onda, plebes? —saludó el de pelo morado con su angelical sonrisa. —Necesito un cóctel y un Martini, porfa. —pidió leyendo sus apuntes.

—Yo prepararé el cóctel. —dijo rápidamente Yoongi con su rostro rojo al igual que su cabello, aunque gracias a las múltiples luces artificiales que inundaban aquel bar nadie lo notó.

Taehyung levantó una ceja al ver a Yoongi casi tropezarse con el estante de botellas.

—Supongo que yo haré el Martini. —se encogió de hombros y sonrió por las tiernas actitudes de su pálido compañero. —¿Te sientes bien? —preguntó Taehyung preocupado al ver a Jimin recostar su cabeza en la barra.

—Sí, sólo que esta noche hay demasiada gente. —soltó un suspiro cansado mientras comenzaba a mover su cabeza haciendo tronar su cuello en el proceso.

—Si un día te mueres ya sabre de que. —se burló, Jimin soltó una carcajada.

—Aquí está el cóctel, Jiminie. —dijo Yoongi entregándole la gran copa, Jimin la tomó y la puso sobre una charola junto al Martini que había preparado Taehyung.

—Gracias, Hyung, los veo después. —les sonrió cálidamente a ambos y se retiró a entregar aquellos pedidos.

—Es tan lindo. —suspiró Yoongi con una sonrisa.

Taehyung miró al pálido que no despegaba su vista de Jimin, bufó, en cualquier momento Yoongi iba a inundar el lugar con sus babas.

—Te toca. —informó apuntando a los clientes del lado de la barra del pálido, este sacudió su cabeza y comenzó a atenderlos.

—Hey, Taehyungie. —llamó Sojung una de las meseras, y una buena amiga de Taehyung; el rubio la saludó con una sonrisa.

—¿Se le ofrece algo, SoJung Noona? —preguntó mientras limpiaba la barra.

—Esta noche esta muy pesada. —se quejó con un puchero. —No puedo creer que disfrutes el trabajo aquí. —se cruzó de brazos con su ceño fruncido.

—Es divertido. —respondió con una sonrisa encogiéndose de hombros.

—Sólo a ti te parece divertido estar soportando borrachos. —rio negando con la cabeza. —Tienes mucho potencial Taehyung, eres jóven, no deberías desperdiciarte en un lugar como este. —le sonrió antes de alejarse.

Decir que lo último que dijo la azabache no le dejo una espinita, sería mentir.

Nunca antes se había cuestionado el como llevar su vida, él simplemente vive.

Sabía que sus padres estaban con vida, manejando una empresa a la perfección; y por mucho tiempo él soñaba con estar preparado para ser como ellos, su maestría en administración de empresas lo decía, más nunca fue capaz de reencontrase con ellos y pedir una oportunidad para demostrar lo preparado que estaba para manejar la empresa, estar en la cima y ser el hijo que sus padres esperaba que fuera.

Más eso quedó como un sueño olvidado, nada más.

Ellos no estaban interesados en verlo, mucho menos estarán interesados para heredarle todo su trabajo duro.

Hace mucho que Taehyung dejo de desear en grande.

Hace mucho que Taehyung dejo de perseguir su sueño.

Novios Falsos | ᵗᵃᵉᵍⁱ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora